lunes, 28 de diciembre de 2015

Infancia espiritual


La Nochebuena la celebramos en Villa Fontana al aire libre, bajo el mismo cielo estrellado y la luna llena. Nos unimos así a millares de personas  -quisiéramos que fueran los seis mil y pico millones de habitantes del planeta tierra, y si hay gentes en otras galaxias ¡también!-  que conmemoraron el Nacimiento del Salvador.

Muchos niños se acercaron a besar al Niño-Dios (en la foto, Tomás)

Era fácil acordarse de:
 "Ser pequeño: las grandes audacias son siempre de los niños. -¿Quién pide... la luna? -¿Quién no repara en peligros para conseguir su deseo?
'Poned' en un niño 'así', mucha gracia de Dios, el deseo de hacer su Voluntad (de Dios), mucho amor a Jesús, toda la ciencia humana que su capacidad le permita adquirir... y tendréis retratado el carácter de los apóstoles de ahora, tal como indudablemente Dios los quiere"

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...