lunes, 8 de enero de 2024

Conchita C-40: Recuerdos de Navidad

 


Kinshasa, 9 de enero de 2024

Mamaíca mía:

A ti te gustaba, y espero que te siga gustando, hablar de la vida "creciente". Yo lo noto. Mi vida crece por todos lados. Vivir es crecer. Crecer siempre.

Antes de que se me olvide: ponte de acuerdo con Engracia para encomendar a su hijico Paco, al que tienen que hacerle una intervención en la carótida. Yo también me apunto.


Esta foto es de Michael, un prematuro, en el momento de su Bautismo. La que está a su lado es su mamá Prospérine. Las cortinas de detrás se descorren y hay una cristalera para que del otro lado puedan ver las incubadoras sin necesidad de acceder al interior donde se encuentran todos los pequeñajos.

El día de Navidad, como el año pasado, vine con mis vecinos a recorrer Monkole. Lo que más les entusiasma es el ascensor.

Y antes, delante del árbol se preparaban para recorrer el hospital:

Déo, Plamédie, Julia, Miradi, José et Célé. Muy elegantes: ¡Es Navidad! Abajo el Pesebre de Monkole:


Y aquí en el interior del ascensor:



Espero mucho de este 2024.
Gracias a ti.
Te quiere, tu hijo
Fede

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Managua. 9 de enero de 2024

Querida mamuchi:

¡40 cartas ya al Cielo! Y ésta, para recordar las muchas Navidades que pasamos juntos. Doy gracias a Dios por gozar con papá y contigo, con mis hermanos, con los abuelos, tíos y primos, los mejores días del año. 
Y, desde que entré en la Obra, se han añadido todavía más costumbres maravillosas para celebrar al Niño-Dios.

Del "belén" de Villa Fontana ya sabes, porque editamos un video en youtube gracias entre otros a Kennet y Marta, médicos los dos, y fotógrafos:


 El motivo de este año era recordar a San Francisco de Asís por los 800 años del "Nacimiento" de Greccio. Por eso, el "hermano lobo" llamaba la atención cerca del Portal:


Felicitaciones y visitas de familias y de amigos, todos los días: ¡Cómo une la Navidad!


Diego y Amalia, con Dieguito, vinieron desde Guatemala. Hacía tiempo que no los veía.


No faltó la invitación navideña con la familia del Colegio Hispano-Nicaragüense.


¡Y, desde Roma, los Gálvez Monzón, junto con el Prelado del Opus Dei! Ellos también leen tus cartas, mamá.

Podría seguir subiendo fotos y fotos, pero mejor haré una nueva entrada o anexo a esta C-40 en el blog.

Seguro que sonreíste con mi pillería el día de "Reyes" con el "roscón". Me acuerdo que nuestra costumbre era comerlo en casa de la tita Paquita.
Pues bien, el pasado día 6 fui el primero en llegar al comedor para el desayuno. Y allí estaba el "roscón" y, aparte, los regalitos numerados. Se entendía que los números estarían dentro del dulce. Así que empecé a partir por un lado y por otro el roscón para encontrar algún número... y nada. Desconsolado y no queriendo hacer trampa, empecé a comer del trozo más grande. Ya casi me lo había terminado cuando noté algo duro en la boca: ¡Era el papelito del número 1! Casi me lo trago...

Aquí dejo constancia de lo ocurrido: El "roscón" destrozado y el premio conseguido:




Todavía quiero contarte, mamuchi, que en estas Navidades le di la Primera Comunión a Natalie. Esta chica es una gran gimnasta, como lo fue su madre. ¡Qué bueno recibir al Señor por primera vez en Navidad! Le dije que a Jesús le haría mucha ilusión ver sus piruetas y volteretas delante del Pesebre.


Y en la noche de "Reyes" celebramos las Bodas de Oro de César Augusto y Myriam, rodeados de sus 4 hijos, yernos y nueras y nietos. ¡Cómo une la Navidad!



En la próxima carta te contaré de la convivencia en la que estoy participando estos días en El Carrizal.

Cuando escribía de pequeño la "carta" a los Reyes Magos pidiendo regalos, solía poner al final: "pero mejor, me traen los regalos que ustedes quieran" porque eso era aún mejor de lo que yo había pedido. Pues eso, Mami, junto con papi y con Melchor, Gaspar y Baltasar, ya sabes lo que más necesito.

Te quiere un montón, tu hijo

Alfredo 

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...