martes, 30 de junio de 2020

¿Qué ha supuesto San Josemaría en mi vida? - 2


Mirando tantos testimonios, he recordado lo que leí en su momento sobre los Primeros Cristianos:

"Cada comunidad de fieles reunía a personas de todos los estratos sociales, de todas las proveniencias: gentes convertidas a la fe de Cristo, que era la que les aglutinaba. Estaban representadas todas las profesiones: había médicos como Lucas, juristas como Zela, financieros como Erasto, universitarios como Apolo, artesanos como Alejandro, pequeños y grandes comerciantes, vigilantes de las cárceles y sus familias, soldados y oficiales, un procónsul -Sergio Paulo-, etc.:eran pobres y ricos, esclavos y libres, gente civil y militares, como Sebastián..."

Al contemplar esa realidad, San Josemaría escribía: "¡qué clara estaba, para los que sabían leer el Evangelio, esa llamada general a la santidad en la vida ordinaria, en la profesión, sin abandonar el propio ambiente!"

Y añadía: "Al suscitar su Obra, el Señor ha querido que nunca más se desconozca o se olvide la verdad de que todos deben santificarse, y de que la mayoría de los cristianos les corresponde santificarse, en el trabajo ordinario... Siempre se producirá este fenómeno: que haya personas de todas las profesiones y oficios, que busquen la santidad en su estado, en esa profesión o en ese oficio suyo, siendo almas contemplativas en medio de la calle"

¿Qué ha supuesto San Josemaría en tu vida?


DIOS PINTA CONMIGO: "Que puedo santificarme a través de mi trabajo. Siento que Dios pinta conmigo y eso ha cambiado la perspectiva de mi vida completamente" (Chilo)


GRAN TESORO: "He aprendido que la santidad no es cuestión de grandes obras, que en la vida ordinaria está encerrado ese gran tesoro que es la santidad" (Mirthel)


SEGUIR SUS PASOS: "San Josemaría me ha enseñado, de manera práctica y sencilla, la oportunidad de santificar cada día, en el trabajo, en la familia, con los amigos... A conocer a Dios, a seguir sus pasos y a vivir la alegría que da la fe" (Javier)


VALOR DE LA FAMILIA: "San Josemaría me enseñó el valor de la familia y que Dios nos puso aquí para amar" - "San Josemaría me enseñó a perder el miedo de tratar más a Jesucristo y a María. Y que podía amar más a mi familia" (Xaviera y Alejandro)


CANTAR COMO ÁNGELES: "Queremos entregarle al Señor lo mejor de nosotros en cada canto y San Josemaría ha estado con nosotros en muchas ocasiones. Él nos ha orientado y nos ha hecho cantar como Ángeles" (Ingrid. Coordinadora del Coro de San Agustín y San Josemaría)



lunes, 29 de junio de 2020

San Pedro


                                                 

Me ha gustado que hoy, fiesta de San Pedro y San Pablo, mi prima Mariló haya compartido la imagen de San Pedro que preside su iglesia parroquial en Murcia, muy cerca de mi domicilio de infancia.

La obra es del magnífico escultor Francisco Salzillo (1707-1783). Y es todo un ejemplo de escultura de madera policromada.

Es admirable la expresión de sorpresa y dolor al oír el canto del gallo. Impresiona su frente arrugada...

En el rostro del apóstol está volcada toda la sabiduría escultórica de un Francisco Salzillo maduro, en los últimos años de su vida.

Como anécdota, contar que el gallo, también realizado por Salzillo en madera policromada, se encuentra en paradero desconocido.

(Recordemos sobre San Pedro estas meditadas palabras: "¡Ánimo! Tú... puedes. -¿Ves lo que hizo la gracia de Dios con aquel Pedro dormilón, negador y cobarde...")

domingo, 28 de junio de 2020

¿Qué ha supuesto San Josemaría en mi vida?


Con motivo de la fiesta de San Josemaría, y como este año por la pandemia no pudimos celebrar la Misa en una parroquia de Managua como solíamos hacer otros años, lanzamos una pregunta a amigos y conocidos:

¿Qué ha supuesto San Josemaría en tu vida?

Hubo avalancha de respuestas. Voy a ir publicando algunas de ellas.


CAMBIO: "Para mí, san Josemaría significa cambio. Es empezar una nueva vida sabiéndome hijo de Dios" (Luis Manuel)

CIELO: "Tratar de ser mejor persona como esposa, madre, con mis hijos, con todos mis seres queridos y de esta manera ganarme el Cielo, aunque sea un reto difícil" (Leoni)

VERDADERO AMOR: "San Josemaría me ha ayudado a encontrar el verdadero sentido de mi vida. A conocer el verdadero Amor" (Rebeca)

MÁS ALEGRÍA: "San Josemaría me ha ayudado durante este año de experiencia en Roma a amar más los Sacramentos, en especial la Eucaristía y la Confesión y a vivir mi ministerio sacerdotal con más alegría" (P. Erik)

VER A JESÚS: "San Josemaría me ha enseñado a trabajar con amor, viendo en las personas que atiendo al mismo Jesús" (Marisa)

Habrá más...


sábado, 27 de junio de 2020

La Misa


Ayer, 26 de junio, fue la fiesta de San Josemaría. Este año, debido a la pandemia, no hemos podido celebrar la Misa de la fiesta como solíamos hacerlo todos los años en alguna parroquia de Managua.

Por eso, fue una gran alegría saber que se podría seguir, a través de las redes, la Misa que celebraría el Prelado del Opus Dei en la Iglesia Prelaticia de Nuestra Señora de la Paz en Roma, donde se encuentran los restos mortales del Fundador.

Allí estaba, delante del televisor, a las 11.00 am hora de Nicaragua.

Yo no había experimentado lo que la gran mayoría en este tiempo de pandemia, que es seguir la Misa por internet, ya que puedo celebrar diariamente en nuestro Oratorio.

Me ayudó, entonces, que el Padre, en su homilía tocara ese punto:

"El Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos (Mt 20, 28)

Estas palabras, que leeremos en la antífona de la comunión, resumen el caminar terreno de Jesús, que estuvo marcado por la entrega a los demás.

Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia (1 P 2, 24)

Y este sacrificio se vuelve a hacer presente en la santa Misa, donde Cristo se nos entrega totalmente. Él mismo se ofrece como alimento que nos sostiene, nos llena de su misericordia y de su amor, como lo hizo en el Calvario.

Durante los meses de confinamiento, estamos aprendiendo a valorar más la participación en el Sacrificio eucarístico. Muchas familias, en medio de esta difícil situación, la primera cosa que hacían cada día era seguir por televisión la santa Misa. De ese momento sacaban las fuerzas necesarias para afrontar la jornada y, a la vez, aumentaban su deseo de recibir al Señor sacramentalmente."

(Para nosotros, en Nicaragua, hay que traducirlo al presente: 'la primera cosa que hacen cada día es seguir por televisión la santa Misa. De ese momento sacan las fuerzas necesarias para afrontar la jornada y, a la vez, aumentar su deseo de recibir al Señor sacramentalmente')

lunes, 15 de junio de 2020

En la salud y en la enfermedad


- "Sr Lee, el resultado de la prueba ha llegado; es muy probable que le diagnostiquen Covid-19; estamos esperando los resultados de una segunda prueba para estar seguros"

Esta noticia me sorprendió enormemente. Apenas logré hacer una pregunta para romper el largo e incómodo silencio:

- "¿Cuál es mi probabilidad de supervivencia?"

El doctor respondió rápidamente:

- "No pienses en eso por ahora, debes concentrarte en cómo vencer al virus en este momento"

De este modo me diagnosticaron oficialmente el virus Covid-19 en marzo de 2020 después de dos semanas de vacaciones en Canadá. La misma habitación en la que pensé que solo me quedaría un par de horas, se convirtió en mi alojamiento durante los siguientes 47 días.

He de reconocer que tenía bastante miedo. Winni y yo acabábamos de comprernos nuestra primera casa en Canadá y estábamos llenos de proyectos y sueños. La noticia del Covid-19 me pilló de sorpresa y produjo en mi interior un cierto desasosiego. Comencé a hacerme muchas preguntas y a ponerme en lo peor... Llamé a mi director espiritual y le conté mi situación. Fue muy comprensivo y me dijo que estuviera en paz. Sólo entonces recordé que Jesús siempre había estado a mi lado, dando cada pequeño paso conmigo en mi viaje de la vida. Sentí un breve momento de tranquilidad al saber que Él estaba conmigo para pasar esto juntos.

Winni también contrajo el virus y fue asignada a su propia sala de aislamiento frente a la mía. Al principio no podíamos comunicarnos el uno con el otro. Un día, a medianoche, noté que había un atisbo de luz en la habitación opuesta que salía de la ventana de la puerta opuesta a la mía. Llamé a Winni para que se parara cerca de la puerta, y vi un perfil humano. Empezó a sollozar y me preguntó:

- "¿Moriremos? No quiero perderte, quiero volver a ver a mi familia; fue todo culpa mía, no debí haber propuesto este viaje"

Cuando escuché esas palabras de mi esposa , fue como si una piedra muy pesada se hubiera atascado en mi garganta y sentí que mis ojos se inundaban de lágrimas. Me dije a mí mismo que tenía que ser fuerte mientras le respondía:

- "No seas tonta, no es tu culpa. Podría haberle pasado a cualquiera. Te garantizo que estaremos bien ya que aún somos jóvenes; pronto veremos a tu familia y a los demás"

Afortunadamente, unos días después nos alojaron en la misma habitación. Eso marcó una gran diferencia ya que poder apoyarnos mutuamente hizo todo el proceso más tolerable. Un día por la mañana me vinieron a la cabeza esas palabras del compromiso matrimonial:

"En lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad"

Aprendí a apreciar y valorar mucho más a mi esposa y a nuestro matrimonio.

Al cabo de unos días Winni fue dada de alta. Esto supuso una alegría enorme, pero me enfrentaba a tener que seguir el viaje de mi recuperación en solitario. Terminé quedándome tres semanas más, solo. Cada día hablaba por teléfono con ella y me contaba sobre su recuperación, sus dificultades para manejar la casa ella sola, etc Yo me sentía un poco culpable y le rogué a Dios que me ayudara a salir lo antes posible.

Tuve momentos en los que lo pasé mal. Me desmoralizaba y se me hacía bastante cuesta arriba. Gracias a Dios poco a poco fui canalizando mi ansiedad y agitación hacia Jesús, sin exigir resultados, y Él me dio su paz. En mis oraciones, sentí calor y la presencia de Cristo en mí, y un viejo texto de las escrituras apareció en mi cabeza: "Te basta mi gracia"

Sentí que Jesús intentaba decirma que descansara seguro en sus manos ya que todo está bajo su control. Aprendí que ser cristiano no significa estar libre de la desgracia o de la ausencia de dolor. El sentimiento de la presencia de Jesús me dio combustible para soportar el viaje, solo, un poco más.

El día número 47, un domingo de mayo, finalmente obtuve el doble negativo y fui dado de alta. En el momento en que salí del hospital experimenté una gran sensación de libertad física indescriptible. En cuanto llegué a casa abracé a Winni durante mucho tiempo. Me prometí a mi mismo cuidarla más, y también nuestro matrimonio, que fue tan bendecido por Dios. Comimos juntos disfrutando cada minuto y fuimos a pasear por la ciudad. Me sorprendió la cantidad de gente que había en las calles y el fuerte ruido del tráfico. Era un fuerte contraste con la tranquilidad y la paz que tenía en esa habitación, estando con Jesús. A la vez me di cuenta de que seguía estando con Él.

(En la foto, Dominic y Winni, de Hong Kong)

domingo, 14 de junio de 2020

Puccini

 

Puccini es uno de los más grandes compositores de Opera. Compuso la Boheme, Madame Butterfly...

Enfermo de cáncer, decidió dedicar sus últimos años a escribir su última ópera: Turandot

Sus amigos y alumnos le decían: "Estás enfermo, tómalo suave y cuídate"

Él les contestaba: "Voy a trabajar todo lo que pueda hasta completar mi obra maestra, y si no la termino a ustedes les dejo el encargo de completarla"

Puccini murió sin completar su obra. Sus alumnos tenían dos opciones: O llorar la muerte de su maestro y olvidar su obra o terminar la obra de su maestro. Los alumnos optaron por lo segundo.

Y en 1926 bajo la dirección de Toscanini se estrenó Turandot.

Cuando se llegó al final de la ópera escrita por Puccini la orquesta dejó de tocar y el director dijo: "Aquí termina la obra del maestro" Y sus ojos se llenaron de lágrimas. Luego levantó la cabeza, sonrió y dijo: "Y aquí comienza el trabajo de sus discípulos"

jueves, 11 de junio de 2020

Contemplación Eucarística




Hoy es el Jueves del Corpus Christi. Durante el año hay muchos días importantes... y luego está el Corpus Christi.

Una breve consideración sobre la contemplación eucarística: Esa manifestación de Cristo en la Custodia, ahi donde nos es dado mirar el Pan transustanciado.

Gracias a la Exposición del Santísimo, tenemos la oportunidad de prolongar la Comunión. Manifestado Jesús ante nuestra vista, la Hostia expuesta permite encontrarse constantemente con Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre y experimentar su presencia. 

En esos momentos no sólo somos nosotros los que lo vemos a Él, sino que en esa exposición manifiesta de su sagrada Humanidad, nos dejamos observar por Él.

Dejarse observar por Él. Ahí le dejamos que nos mire. Esto es posible siempre, pero de modo particular, con singular fuerza (de modo ciertamente inaccesible a nuestra capacidad de comprensión), cuando el Santísimo está expuesto en la Custodia.

Es verdad que nosotros entonces ahí estamos viéndolo, pues en nuestra retina se refleja la realidad de la Hostia presente. Mantenemos muchas veces la ilusión de verlo, pero ¿hemos caído en la cuenta que Él, Jesús, está ahí también mirándonos?

Él se complace en observarnos. Dejarse observar por Él. Dejar que nos mire.

Como los encuentros humanos, que cuando son verdaderos surgen por un cruce de miradas. Cuando una persona se encuentra con otra -si se trata verdaderamente de un encuentro de personas- lo primero que hacen es verse a los ojos. Si uno de los dos no desea tener un encuentro verdadero, rehúye la mirada, la hurta. Pero no cuando los interlocutores buscan un contacto real, un encuentro de corazones.

Con Jesús en la Custodia, el flujo de miradas entre la Hostia y el que la contempla, se producirá un encuentro sencillo pero lleno de gracia. Porque su Mirada es portadora de gracia, con la fuerza verdaderamente increíble del poder de Dios.

miércoles, 10 de junio de 2020

La ciudad del amor


Me llamó la atención unas reflexiones de Jesús Montiel sobre el amor y el aburrimiento:

El amor es un niño que se divierte toda su vida, cada jornada, con el mismo juguete: Un día es un avión, otro un tren, el tercero un futbolista... Transforma en algo nuevo lo de siempre.

Lo que verdaderamente nos aburre es la falta de amor. Si no amamos, necesitamos la novedad, el trajín, la mudanza.

Solo quien persevera, quien abandona la esclavitud de los deseos propios, llega a la ciudad del amor a través de su trabajo.

El escritor es aquel que sigue escribiendo tras el rechazo editorial

El corredor de fondo entrena los días en los que su cuerpo protesta

Y el pintor, y el músico... Todos desoyen el hastío

También el santo. El santo es quien corona su propia identidad. Quien llega a ser él mismo, tras incontables noches y gracias recibidas.

Señor de la amorosa rutina, creador de la infinita posibilidad.

Sea la vida que me queda monotonía vivida con atención, estreno dentro de lo de siempre, inacabable principio...

(Me hizo gracia la foto de ese niño con los colores de mi equipo favorito. ¡Cuánto se puede disfrutar con poquita cosa!)

domingo, 7 de junio de 2020

Familia multiétnica


La familia de Loreto y Antonio es multicolor. Sus cuatro hijos, de entre 15 y 8 años, tienen la piel de todas las razas del mundo.

Esta historia comenzó como suelen terminar los cuentos felices: una boda cuajada de proyectos y expectativas, y una pareja impaciente por convertirse en una familia con muchos niños. pero pasaron los meses, luego los años, y los niños no llegaban.

Loreto y Antonio pusieron todos los medios que estaban a su alcance y comenzaron un camino de nueve años difíciles, en los que las palabras de aliento y los buenos consejos no servían: "Los médicos nos repetían que no había ningún problema y nos recomendaban que nos relajásemos. Pero ese consejo no funciona cuando tienes el deseo de formar una familia, porque al fin y al cabo te casas con esa ilusión"

Loreto cuenta que nunca hasta entonces había rezado tanto y con tanta fe. "Un día -dice- me encaré con la imagen de la Virgen que tengo en mi habitación y le reproché: ¿Y tú por qué sí y yo no?"

A los nueve años, ¡por fin!, llegó de China Irene. "Al coger en brazos y abrazar a mi hija por primera vez, sentí su olor y supe que era mía. Es una emoción muy difícil de describir". Loreto sitúa en este hecho el momento en que por primera vez presintió lo que con el tiempo fue convirtiéndose en un convencimiento: "Me di cuenta de que no había tenido hijos biológicos porque mi vocación era ser madre adoptiva. Madre de ésta y de los que vendrían después. Que yo me había estado empeñando en un plan que no era el de Dios y que con el tiempo iría a buscar a los demás en el momento y en el lugar que Dios dispusiera. Estos tenían que ser nuestros hijos, y nosotros debíamos ser sus padres".

Y así, con una cadencia que la madre naturaleza difícilmente hubiera podido superar, fueron llegando Antonio -andaluz, pero con la apariencia de un hindú-, Pablo -de raza negra, aunque nacido en España-, y la pequeña Loreto, también andaluza pero de piel clarita.

El mosaico, ahora sí, se había completado. Fue entonces cuando Loreto oyó por primera vez unas palabras de san Josemaría: ¡Todos somos iguales! Cada uno de nosotros valemos lo mismo, valemos la sangre de Cristo. Fijaos qué maravilla. Porque no hay razas, no hay lenguas; no hay más que una raza: la de los hijos de Dios. 

"Me emocionó y pensé que si todo el mundo sintiera en su corazón esta frase no nos distinguiríamos unos de otros y veríamos al resto de las personas con los ojos del amor".

sábado, 6 de junio de 2020

Misterio de la Santísima Trinidad


Domingo de la Santísima Trinidad. La fiesta de Dios Uno y Trino

"La dificultad para comprender el Misterio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo no se debe a que sea un absurdo, sino a que es un Misterio de Amor, una Comunión de Personas" nos cuenta el teólogo Giulio Maspero.

"Nuestro Dios es Misterio porque es Amor: todo en Él es Don perfecto y eterno. Y el mundo creado es expresión de ese Amor.

A través del mundo, y de las personas que nos rodean, podemos comprender por qué es necesaria la fe para acceder a esta verdad, que incluso los más grandes filósofos no han podido encontrar sin la Revelación.

No se trata de creer en lo absurdo, sino de entrar en la dimensión personal, cosa que solo logramos cuando abrimos el corazón.

¿Por qué Dios se oculta en su Misterio?

En realidad no es que se oculte: incluso entre los seres humanos sucede que la intimidad del alma de otro solo se puede conocer a través de un acto voluntario de revelación de lo que uno tiene en el corazón, como los recuerdos, los sueños, las preocupaciones o los miedos. Aunque desde fuera se pueda intuir algo, para que otro acceda a lo que verdaderamente se encuentra dentro de nosotros es necesaria una 'revelación' de nosotros mismos; y es necesario también que quien participa de esa 'revelación' logre comprenderla, asimilarla.

No nos debe extrañar que el Misterio de Dios nos supere: nuestros ojos deben acostumbrarse poco a poco a su luz.

Por eso, si en la vida de cada día es necesario aprender 'siempre a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro', ante el Misterio de la Trinidad, la primera actitud a asumir es la de la humildad y el profundo respeto, porque se entra en el espacio de la Libertad y del Don, esa Libertad y Don que son precisamente el origen del Amor, de todo amor"

(Arriba, Andréi Rublev pintando su famoso icono de la Trinidad.

 La imagen preferida para la revelación del Misterio de la Trinidad es la visita de los Tres Personajes a Abraham y Sara en la encina de Mambré, que se cuenta en el capítulo 18 del Génesis.

 Rublev, monje y pintor ruso medieval lo plasmó maravillosamente en ese icono.)


viernes, 5 de junio de 2020

Derechos humanos


Vean que interesante reflexión sobre los derechos humanos, que tenía anotada de alguna lectura:

"Los derechos humanos se fundamentan en la naturaleza humana, no en los deseos de los individuos.

Hay derechos y deberes solo allí donde se preserva la dignidad auténtica de la persona humana, porque solo así ésta puede alcanzar la plenitud.

No se trata de negar los deseos, pues son fundamentales para experimentar que hay necesidad de infinito en nosotros, sino de valorar la racionalidad que conllevan.

Por ejemplo, el deseo de vivir sin necesidad de trabajar, quizá aprovechándose del dinero de los demás, nunca debería ser un derecho... No es un deseo racional, precisamente porque no se dirige a un bien que haga plena la vida. Esto lo entendemos todos.

Lo mismo ocurre en el ámbito de los afectos y del sexo...

El pensamiento único confunde los deseos con los derechos subjetivos..."

miércoles, 3 de junio de 2020

Diáconos en tiempo de pandemia


El domingo pasado fue "Pentecostés" y en Pamplona (España) guardando las distancias, fueron ordenados diáconos 7 seminaristas del Seminario Internacional Bidasoa. Entre ellos 2 nicaragüenses: Jairo y Pedro.

No pude dejar de recordar la elección de los primeros diáconos de la Iglesia Católica que viene narrada en el capítulo 6 del libro de los Hechos de los Apóstoles.

Eligieron a 7 hombres de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría... a Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás. Los Apóstoles les impusieron las manos.

Ahora otros 7 han sido llamados a ese mismo servicio... Héctor, Jairo, Ángel, Pedro, Enock, Saúl y Federico.

Tiempo de pandemia
¡¡¡ Tiempo del Espíritu Santo !!!

( En la foto, los nuevos diáconos después de la Ordenación junto al Obispo Consagrante y los Presbítero Concelebrantes. Jairo, en el centro de la primera fila, Pedro, segunda fila, segundo por la izquierda )
En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...