miércoles, 10 de junio de 2020

La ciudad del amor


Me llamó la atención unas reflexiones de Jesús Montiel sobre el amor y el aburrimiento:

El amor es un niño que se divierte toda su vida, cada jornada, con el mismo juguete: Un día es un avión, otro un tren, el tercero un futbolista... Transforma en algo nuevo lo de siempre.

Lo que verdaderamente nos aburre es la falta de amor. Si no amamos, necesitamos la novedad, el trajín, la mudanza.

Solo quien persevera, quien abandona la esclavitud de los deseos propios, llega a la ciudad del amor a través de su trabajo.

El escritor es aquel que sigue escribiendo tras el rechazo editorial

El corredor de fondo entrena los días en los que su cuerpo protesta

Y el pintor, y el músico... Todos desoyen el hastío

También el santo. El santo es quien corona su propia identidad. Quien llega a ser él mismo, tras incontables noches y gracias recibidas.

Señor de la amorosa rutina, creador de la infinita posibilidad.

Sea la vida que me queda monotonía vivida con atención, estreno dentro de lo de siempre, inacabable principio...

(Me hizo gracia la foto de ese niño con los colores de mi equipo favorito. ¡Cuánto se puede disfrutar con poquita cosa!)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...