sábado, 6 de junio de 2020

Misterio de la Santísima Trinidad


Domingo de la Santísima Trinidad. La fiesta de Dios Uno y Trino

"La dificultad para comprender el Misterio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo no se debe a que sea un absurdo, sino a que es un Misterio de Amor, una Comunión de Personas" nos cuenta el teólogo Giulio Maspero.

"Nuestro Dios es Misterio porque es Amor: todo en Él es Don perfecto y eterno. Y el mundo creado es expresión de ese Amor.

A través del mundo, y de las personas que nos rodean, podemos comprender por qué es necesaria la fe para acceder a esta verdad, que incluso los más grandes filósofos no han podido encontrar sin la Revelación.

No se trata de creer en lo absurdo, sino de entrar en la dimensión personal, cosa que solo logramos cuando abrimos el corazón.

¿Por qué Dios se oculta en su Misterio?

En realidad no es que se oculte: incluso entre los seres humanos sucede que la intimidad del alma de otro solo se puede conocer a través de un acto voluntario de revelación de lo que uno tiene en el corazón, como los recuerdos, los sueños, las preocupaciones o los miedos. Aunque desde fuera se pueda intuir algo, para que otro acceda a lo que verdaderamente se encuentra dentro de nosotros es necesaria una 'revelación' de nosotros mismos; y es necesario también que quien participa de esa 'revelación' logre comprenderla, asimilarla.

No nos debe extrañar que el Misterio de Dios nos supere: nuestros ojos deben acostumbrarse poco a poco a su luz.

Por eso, si en la vida de cada día es necesario aprender 'siempre a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro', ante el Misterio de la Trinidad, la primera actitud a asumir es la de la humildad y el profundo respeto, porque se entra en el espacio de la Libertad y del Don, esa Libertad y Don que son precisamente el origen del Amor, de todo amor"

(Arriba, Andréi Rublev pintando su famoso icono de la Trinidad.

 La imagen preferida para la revelación del Misterio de la Trinidad es la visita de los Tres Personajes a Abraham y Sara en la encina de Mambré, que se cuenta en el capítulo 18 del Génesis.

 Rublev, monje y pintor ruso medieval lo plasmó maravillosamente en ese icono.)


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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...