sábado, 29 de agosto de 2020

¡Este es! ¡Esta es!


 Interesantes reflexiones de Javier Vidal-Quadras sobre las personas y las cualidades. 
 Es largo el cuento, pero vale la pena. Y como es fin de semana podrás dedicar unos minutos más para leerlo:

Es natural que deseemos para la persona amada la máxima cantidad de cualidades. El peligro consiste en detenerse en ellas. La persona es algo más que la suma de cualidades.

El día que nos enamoramos por primera vez de nuestra mujer o de nuestro marido, algo nuevo sucedió. No nos enamoramos de una suma de virtudes. Emergió una realidad nueva, inédita, llamada persona, que no identificamos con una lista de atributos. Era -es- un todo, un algo nuevo que no éramos capaces de elaborar con nuestro retrato robot de la persona perfecta, por más virtudes que añadiéramos. Una novedad absoluta. Una persona.

Esa es la gran diferencia: las cualidades, las virtudes, los atributos, todos sin excepción, son replicables, repetibles. La persona, no. Es única, irrepetible y exclusiva. Por eso, dos personas con atributos muy diferentes pueden vivir en un nivel de amor muy superior al de otras dos con mayor aparente sintonía.

Cuando el amor afloja, la gran tentación es alejarse de la persona, olvidarse de la condición personal de la persona amada, lo que de verdad nos atrajo y enamoró, lo que nos movió a prometer amor para siempre, y centrarse en las cualidades.

Cabe que alguien se enamorara solo de las cualidades. Entonces se puede afirmar sin temor a equivocarse que allí no hubo amor sino interés, interés propio en disfrutar de esas cualidades... y, por lo tanto, también de la persona solo mientras las tuviera en el grado apetecido.

Y, claro, las cualidades las encontraremos en otros muchos lugares. Son todas iguales: cambian la forma, el momento, la circunstancia, la visión, pero son aburridamente repetitivas e impersonales. La barriga plana, el aspecto deportivo, la mayor o menor altura, la cultura, la habilidad social, la sagacidad, la inteligencia..., y no digamos los atributos más exteriores como el dinero o el estatus..., si uno se pone a buscarlos, los acaba encontrando siempre porque son indiferenciadamente uniformes, Infrapersonales.

Pero, cuando uno logra situarse por encima de las cualidades y vuelve a la persona, entonces surge, o resurge, el amor de verdad, el que no depende de las circunstancias, el amor de una madre a un hijo, de un hijo a un padre, de un hermano..., o el amor más libre que hay bajo el sol: el amor de una mujer y un hombre que  se entregan de vida y de por vida.

Un día dijeron: "¡Este es! ¡Esta es!" No otra cualquiera, ¡esta! Con sus cualidades y sus defectos, con todo lo que es y lo que será, lo que no es y nunca llegará a ser. No quiero buscar más, no quiero entregarme a unos atributos cualesquiera, quiero ser y vivir para esta persona, pase lo que pase. A partir de hoy, la que importa, la única que importa es ella..., y, juntos, iremos en pos de esas cualidades que irán perfeccionando nuestro amor.



viernes, 21 de agosto de 2020

Hace también 40 años

 


Seis días después de mi ordenación, hace hoy también exactamente 40 años, celebré mi Primera Misa Solemne en el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, patrona de Murcia, donde tantas veces había ido de romería.

La Primera Misa es otro momento especialmente emocionante para el nuevo sacerdote, porque está rodeado, acompañado, por todos sus seres queridos: padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, amigos, compañeros...

Además, en mi caso, la homilía la pronunció mi hermano Federico, que había sido ordenado también sacerdote dos años antes y que ahora está en Africa.

Recordó aquel 21 de agosto que el noventa por ciento de la vocación se la debemos a nuestros padres, a la familia. Lo bueno que es Dios, que se cuela en nuestra vida cuando nos sentimos queridos.

Y, en otro momento, añadía: "Dios es bueno, el mundo es bueno; Dios nos quiere, nos llama para que seamos felices amándole eternamente, nos facilita el camino para encontrarnos con Él. Respondemos que sí.
 Es la historia de la Virgen. Ella dice que sí a Dios y todo es alegría en el mundo cuando a su lado, decimos también que sí a Dios. ¡Qué bonito! ¿verdad?...

 Eres Cristo que nos enseña el camino del Cielo. A cuántos y a cuántas llamarás para seguir a Jesús. Les dirás al oído: Jesús te llama, síguele..."


Al finalizar la Misa, tiene lugar el besamanos. Carlos, mi primo y amigo más cercano, me hizo llegar hace pocos días esta foto de ese momento entrañable.

Atrás de mi madre, mi tío Ramón, padrino de mi Confirmación, repartiendo los recordatorios de aquella Primera Misa.

¡Qué bueno es Dios!
 

jueves, 20 de agosto de 2020

Lo sobrenatural

 


¿Existen varios niveles de lo sobrenatural?

Kabamba nos responde:

Sí que existen varios niveles de lo sobrenatural, y podemos agruparlos en cuatro

- El nivel más bajo (y el más evidente) es el nivel de las realidades que llamamos "milagros".
Obras que manifiestan directamente el poder de Dios y que se distinguen de las modificaciones técnicas que son obras realizadas por el trabajo del hombre.
La noción de milagro señala con suficiente nitidez la diferencia de lo sobrenatural con lo natural. Se suele definir el milagro como una excepción respecto al orden natural que solo es posible por influencia divina, aunque sea realizado por un hombre.
El mayor hacedor de milagros es Jesucristo.

- Otro nivel se corresponde con lo que San Juan designa como signo, que indica directamente otro nivel de lo sobrenatural: la elevación que Cristo otorga al hombre. Y que llamamos gracia sobrenatural.
Por ejemplo, los sacramentos, son signos eficaces (reales). La realidad sacramental es superior al sentido usual de la palabra milagro, por tener inmediata relación con la elevación de la criatura humana (Primer perdón del Bautismo, perdón de los pecados, unión con Cristo en la Eucaristía).

- Y ahora veamos el nivel más alto, porque tampoco los sacramentos son la realidad sobrenatural más alta, pues Dios no está atado a los sacramentos; y así, por ejemplo, es eficaz el bautismo de deseo, y Dios también puede perdonar los pecados atendiendo a un acto de contrición perfecta por parte de la criatura.
La conveniencia de acudir  en este caso a la confesión es debida a que nadie puede estar seguro de que ha realizado un acto de semejante pureza.
El nivel más alto de lo sobrenatural es la Encarnación del Verbo pues proporciona una Vida muy superior a la naturaleza creada.
Con la noción de milagro no se alcanza a perfilar suficientemente la superioridad de la vida que proporciona la Encarnación del Verbo, sobre la vida de la naturaleza creada.
Y la realidad sacramental no debe ocultar que lo verdaderamente importante es Cristo mismo.
La clara prueba del favor divino es la Encarnación del Verbo, que, precisamente por ello, es el autor de la realidad sacramental.
Toda la vida de Cristo está dedicada a dar gloria a Dios Padre, no sólo asegurando la felicidad de las criaturas humanas, sino también haciéndola residir en la donación de la filiación divina, es decir, en la unión con Él Este es el nivel más alto de lo sobrenatural.
La superioridad de la humanidad de Cristo sobre la realidad sacramental es debida a su unión con la segunda Persona divina.

- Pero aún hay más:
La incorporación del ser humano a Jesucristo está por encima de cualquier otro perfeccionamiento.
Lo sobrenatural es una anticipación creciente: el milagro, el sacramento-misterio, la Encarnación y la Iglesia que es Templo de Dios. Iglesia-Madre como María.
La Iglesia es Madre que nos sitúa en Dios, como nuestras madres nos sitúan en el mundo.
El demonio quiere dividir, quiere que no reconozcamos a nuestra Madre, diciendo que es mala.
Entre otras cosas, la unión con cristo lleva consigo la más estrecha unión entre los seres humanos. Por eso no es suficiente decir "Padre mío", si esta expresión no va estrictamente acompañada de la fórmula "Padre nuestro"
La paternidad divina es más real que la paternidad humana, la cual, en cierto modo, es excluyente.
Aquí todos somos hijos en el Hijo. Hermanos. Hijos de María.

Una buena clase de teología, de Dios, Uno y Trino, de Cristología, de Eclesiología...  

miércoles, 19 de agosto de 2020

Amistad que transforma

 


La amistad es imprescindible. Más en estos momentos. Los amigos nos escuchan y hacen sentir bien. 

Hace pocos días me mostraron una carta escrita a un sacerdote muy enfermo -murió no mucho tiempo después- por un amigo con el que compartía la afición por la montaña y que contenía estas encendidas frases:

me has dado tanto, sin pedir nunca nada a cambio;

me has enseñado a caminar por los senderos de montaña y a soportar en silencio el peso de la mochila y del cansancio físico;

me has enseñado que cuando se busca alcanzar la cima, cada paso es importante y es preciso no distraerse;

me has enseñado que, cuando uno se esfuerza seriamente, los resultados y la satisfacción llegan siempre, antes o después;

me has enseñado la alegría de poder contemplar el alba o el atardecer desde lo alto de una cima recién coronada;

me has enseñado el placer de compartir la propia comida y el agua, también cuando escasean;

me has enseñado a apreciar las cosas simples de cada día y a mirar la vida como un don de valor inestimable;

me has enseñado a entender lo que no conocía, sin nunca hacerme sentir vergüenza de mi ignorancia;

me has hecho redescubrir la fe y el placer de encontrar la presencia de nuestro Señor en todo lo que nos rodea.

Bonito ¿verdad?

Hay un gran espacio para la esperanza, la alegría y el buen humor, que es remedio a muchos males. Con la ayuda de Dios, podemos salir de esta pandemia convertidos en mejores personas, más atentos a las necesidades de los demás, comenzando por los que nos rodean. Si cambiamos nosotros, el mundo cambiará.





martes, 18 de agosto de 2020

Universidad: hay que vivirla

 


De acuerdo, una vez más, con mi buen amigo Jaime, profesor universitario, cuando, a propósito de las clases online o presenciales, comenta:

La enseñanza online nunca superará a la presencial. El cara a cara es imbatible.

John Henry Newman, el profesor de Oxford que llegó a cardenal de la Iglesia Católica, canonizado hace unos pocos meses decía:

"Si tuviera que elegir entre una Universidad que entrega títulos a los estudiantes que aprueban los exámenes de sus asignaturas (y podemos añadir nosotros: ¡una Universidad online!) y una Universidad sin profesores ni exámenes, sino que simplemente reuniese a los jóvenes, no dudaría en preferir la segunda"

La explicación que Newman da de su preferencia es que la convivencia hace a los estudiantes "mejores personas para el mundo, lo que es muy superior a la educación que proporciona una Universidad que enseñe una multitud de disciplinas"

Y añade una maravillosa descripción: "Cuando una multitud de jóvenes, entusiastas, de corazón abierto, comprensivos y observadores se encuentran y se relacionan libremente entre sí, seguramente aprenderán unos de otros, incluso aunque no haya nadie asignado para enseñarles; la conversación que sostengan es para cada uno una serie de conferencias de las que obtienen por sí mismos nuevas ideas y puntos de vista. Esa comunidad juvenil constituirá un todo que dará a luz a una enseñanza viva, independiente de la instrucción directa de sus superiores" 

El fundador de la Universidad de Navarra, san Josemaría Escrivá enseñaba:

"Es en la convivencia donde se forma la persona"

La convivencia de unos con otros es lo que forma, lo que hace crecer la vitalidad interior: escucharse unos a otros lleva a aprender qué piensan los que piensan de forma distinta a la de uno; hacer cosas juntos -el trabajo en equipo- enseña a poner las cualidades personales al servicio de la tarea común.

El genuino aprendizaje requiere que los estudiantes vivan la universidad.

Los años universitarios son un periodo formativo muy especial. Este periodo constituye una oportunidad formidable para ensanchar el corazón, para aprender de los demás, para vivir la tolerancia, para amar de verdad el pluralismo y la libertad propia y ajena que es lo que la sociedad actual realmente necesita. Es difícil -o quizás imposible- desarrollar estas virtudes con una enseñanza meramente online.

( Por eso, entre otras cosas, estamos haciendo un gran esfuerzo para que en estos días, y aunque sea en vuelos charter salgan para la Universidad de Navarra un grupo de estudiantes nicaragüenses. Entre ellos varios sacerdotes y seminaristas para las Facultades Eclesiásticas de esa Universidad )

sábado, 15 de agosto de 2020

Hace 40 años

 


Hoy, el día de la Virgen, hace 40 años que recibí la Ordenación Sacerdotal en el Santuario de Nuestra Señora de Torreciudad.

Éramos 58 los ordenandos. ¡Cuántos recuerdos vivos, entrañables, emocionantes!

En la ceremonia, un momento que impacta mucho es la postración, durante la cual se invoca a los Santos con una larga letanía (en la foto yo soy el segundo por la izquierda de la fila de en medio)

Estas palabras del cardenal Ratzinger, cuando cumplió precisamente 40 años de sacerdote, las hago totalmente mías:

"Nosotros estábamos allí postrados en el suelo pidiendo al Señor que nos mostrase el camino, mientras nos envolvía el canto, cada vez más insistente de todo el Santuario: 'Ruega por ellos'

Es un instante en que la propia impotencia -postrados, sin ver a los otros, sin estar en contacto con ellos- se experimenta muy íntimamente, la desproporción entre lo propio de uno mismo y la grandeza de la misión, la falta de fuerza y la incertidumbre de un futuro que se extiende a lo lejos y del que nadie puede decir cómo será, cómo en él esta misión será recibida, rechazada o prolongada. En medio de toda la penuria de sentir nuestra insuficiencia percibíamos, sin embargo, el ruego de todo el Santuario, la invocación de todos los santos.

De forma cada vez más intensa, y al mismo tiempo de forma más consoladora y enérgica, nos decía: ¡Tú no estás solo!

¡Tú vas con una gran familia que no te abandona! Es la gran familia de los santos de todos los siglos. Ellos eran tan pobres hombres como tú y, sin embargo, el señor los obsequió con este camino. Él solo lo pudo hacer.

Pero no sólo percibíamos la familia de una Iglesia del pasado, sino que estábamos incorporados a la familia de la Iglesia de hoy, que sostiene y es familia peregrina, que no te abandona; estábamos incorporados a la familia de la Iglesia de mañana, pues la Nave de la Iglesia ha sido construida para siempre.El señor, aun cuando a veces parece ocultarse y dormir, está siempre a bordo con nosotros en todas las tormentas. La Nave no se hunde. Tiene la promesa de la eternidad.

Esta conciencia penetró en nosotros, nos hizo ponernos de pie y pronunciar nuestro Sí"

Ayer pudimos reencontrarnos, después de 40 años, a través de una conexión por internet. Desde las Filipinas, hasta Kenia, desde Nigeria hasta Nicaragua. Fue un momento inolvidable.
 Estuvimos ¡3 horas platicando, recordando...!


Ya contaré más cosas. De momento seguimos en manos de la Santísima Virgen ya que fuimos ordenados en su fiesta de la Asunción.

jueves, 13 de agosto de 2020

Thomas Alva Edison


 

Con frecuencia, en las redes sociales, te reencuentras con historias ejemplares como ésta:

Un día, Thomas Alva Edison llegó a casa y le dio a su madre una nota. Él le dijo: "Mi maestro me dio esta nota y me dijo que sólo se la diera a mi madre"

Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando leyó en voz alta la carta que le trajo su hijo:

"Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarle, por favor, enséñele usted"

Muchos años después la madre de Edison falleció, y él fue uno de los más grandes inventores del siglo.

Un día él estaba mirando algunas cosas viejas  de la familia. Repentinamente él vio un papel doblado en el marco de un dibujo en el escritorio. Él lo tomó y lo abrió. En el papel estaba escrito:

"Sra Edison, su hijo presenta un retraso mental, no podemos permitirle que venga más a la escuela"

Cuando hay amor, se saca partido de todo.

jueves, 6 de agosto de 2020

¿Por qué la aparición de la inteligencia dignifica al hombre?


Hace tiempo que no había contactado con mi buen amigo Kabamba, el filósofo africano, pero la semana pasada intercambié con él algunos whatsapp y volvieron a surgir preguntas a las que a él le gusta contestar enseguida con entusiasmo.


¿Por qué la aparición de la inteligencia dignifica al hombre?


¡Porque la inteligencia indica que ese hombre es dueño de sus actos. Es un quién, una persona!

Aristóteles no dijo que el hombre es animal racional, dijo otra cosa: que es el animal que tiene razón, que no es lo mismo, pues la razón es tenida por cada uno.

El biólogo que observa la evolución no puede explicar genéticamente ese "tener".

La inteligencia no es una propiedad (como la imaginación o los otros sentidos) ligada a cambios materiales.
La conciencia es un tener, que ningún robot o computadora posee. Es una novedad en el cosmos.
Los grandes filósofos de la antiguedad calificaron su origen de divino.

La teoría de la evolución podrá explicar la aparición de las especies, pero no puede explicar (solo puede describir) el salto que está en el origen de la vida.

Pero, sobre todo, la aparición de la novedad del "tener", que es la inteligencia, no puede provenir de un cambio físico. Es un "tener" que hace que el hombre sea dueño, que sea un quién al que llamamos persona.

Lo decisivo es que el animal que tiene razón (el hombre) es cada uno.

La conclusión es patente: según la inteligencia, cada uno de nosotros es superior a la especie biológica humana.

Es una dimensión importante de nuestra dignidad. No somos elementos de un mecano, sino que tenemos la vida en nuestras manos.

Un panal produce miel, pero la humanidad no produce pensamientos. El pensamiento es de quien lo piensa.

miércoles, 5 de agosto de 2020

Virgen de la Nieves



5 de agosto

La fiesta de hoy conmemora la consagración al culto de una basílica romana, Santa María la Mayor, dedicada a la Virgen de las Nieves.

Este nombre recuerda el motivo de su construcción.

En el siglo IV, bajo el pontificado del Papa Liberio, vivía en Roma un noble patricio llamado Juan que, al no tener descendencia, quiso dejar toda su fortuna a la Madre de Dios. Para esto rogó a la Virgen, con insistentes oraciones, que le indicara lo que debería hacer con sus bienes.

Nuestra Señora escuchó esos ruegos y, según cuenta una tradición transmitida piadosamente hasta nuestros días, en el mes de agosto, cuando el calor aprieta más en la ciudad de Roma, un manto de nieve cubrió durante la noche una parte del monte Esquilino. Esa misma noche, la Madre de Dios advirtió en sueños a Juan y a su mujer que edificaran una iglesia sobre el lugar que vieran cubiert de nieve, y la dedicaran al nombre de María.

¡Nieve en agosto en Roma!

Coincide este milagro con una foto que me ha llegado de otro Santuario Mariano: el de la Virgen de la Fuensanta, en Murcia, donde celebré mi Primera Misa Solemne.

No sé la fecha de la foto, pero aparece el Santuario ¡nevado!


Ahora, me cuentan, que las temperaturas allí rondan los 42º

Tanto el calor abrasante como la nieve, nos sirven para considerar el Corazón de María hacia sus hijos: el fuego de su amor y la pureza del alma, blanca como la nieve.


En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...