Kinshasa, 9 de noviembre de 2022
Mamaíca mía:
Desde hace dos meses, en una región próxima a Kinshasa, grupos de bandidos con machetes atacan a la gente.
"Médecins sans frontiéres" traen a Monkole algunos de los heridos, sobre todo a los niños, como la pequeña Mervil. La operaron poniendo el cráneo en su sitio y su mamá me pedía todos los días la Comunión y la bendición.
No sé si ya te encontraste en el Cielo con l'abbé Hervás (en el Congo a los sacerdotes se les llama l'abbé) Él se fue allá el 2013. Vivió los últimos meses en una habitación muy cerca de la que ahora es mía.
Tenía en su cuarto a la Virgen de Guadalupe.
Como el prelado del Opus Dei está estos días rezándole en México, mirar su cuadro me ayuda a mí también. Y me acuerdo de ti.
He tenido la oportunidad de ver la película de animación Soul
Me ha gustado mucho.
El Antes y el Después.
El Ahora del Cielo debe ser sin antes y sin después. ¿Es así?
En tus manos abandono lo pasado, lo presente y lo futuro, lo grande y lo mucho, lo pequeño y lo eterno.
Feliz mes de noviembre cuando tantos y tantas llegan a la felicidad suprema y definitiva.
Te quiere tu hijo
Fede
Managua, 9 de noviembre de 2022
Mamuchi:
Poco que añadir a la carta de Fede, pero ya que habla del Antes, del Después y del Ahora, no sé cómo, pero hoy me encontré con unos recortes viejos de periódico cuando llegó a Murcia ¡EL CINERAMA! Una gigantesca tienda en forma de cúpula donde se proyectaba con tres cámaras simultáneas en pantalla panorámica. Algo alucinante para entonces.
Me acuerdo que fuimos con papá y contigo y que quedé muy impresionado con las escenas de los búfalos, que parecía te arrollaban, con la del incendio que parecía que te quemaba y, sobre todo, con la de la montaña rusa y el cosquilleo en el estómago.
¡Qué bien lo pasamos por la emoción y las sorpresas que sobrepasaron las expectativas. Y por estar juntos!
¿Cómo será el Cielo?
Por Nicaragua, bien. Pronto empezarán las "purísimas" Ya te contaré en la carta de diciembre.
Te quiere mucho, tu hijo de "en medio"
