martes, 25 de noviembre de 2014

Dar esperanza a Europa


Hoy, el Papa Francisco, sucesor de Pedro y Vicario de Cristo en la tierra, ha viajado hasta Estrasburgo para hablar en el Parlamento Europeo y en el Consejo de Europa.
Antes de salir de Roma fue, una vez más, a encomendar su viaje y su intervención en esas sedes a la Virgen en su Basílica de Santa María la Mayor.

Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo.
Precisamente hoy se nos ofrecía en el Oficio de lecturas del Breviario un fragmento de la segunda carta de san Pedro: "Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: 'Este es mi Hijo amado, mi predilecto' Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con Él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención..."

El discurso del Papa Francisco en el Parlamento Europeo ha sido valiente y profundo. No ha tenido miedo de decir lo que es evidente, la imagen envejecida y menos protagonista de Europa, a la que se la mira distante, con desconfianza y sospecha.

Pero ha querido llevar un mensaje de esperanza y de aliento. Esperanza definitiva en el Señor que transforma el mal en bien. Y aliento por la confianza que se ha de poner en el hombre, no tanto como ciudadano, sino sobre todo como persona dotada de una dignidad trascendente.

Me quedo por ahora con estos párrafos porque ya se está haciendo largo el cuento:

"Dar esperanza a Europa no significa sólo reconocer la centralidad de la persona humana, sino que implica también favorecer sus cualidades. Se trata por eso de invertir en ella y en todos los ámbitos en los que sus talentos se forman y dan fruto.
El primer ámbito es seguramente el de la educación a partir de la familia, célula fundamental y elemento precioso de toda sociedad. La familia unida, fértil e indisoluble trae consigo los elementos fundamentales para dar esperanza al futuro...
Junto a la familia están las instituciones educativas: las escuelas y universidades. La educación no puede limitarse a ofrecer un conjunto de conocimientos técnicos, sino que debe favorecer un proceso más complejo de crecimiento de la persona humana en su totalidad..."

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...