Adviento. Cada vez más cercana la Navidad. Siempre distinta, porque Dios es novedoso, como todos los seres humanos creados a su imagen y semejanza, sorprendentes, imprevisibles, más cuando son pequeños... Y Dios se ha hecho pequeño por amor a los hombres.
Él espera esta Navidad con más ilusión que la de los niños esperando sus regalos.
Hablando de regalos, hoy es el día de San Nicolás. Un obispo de los primeros tiempos del cristianismo. Muy bueno, muy santo, muy caritativo, que es lo mismo.
Y en algunos lugares, San Nicolás es el que trae los regalos de Navidad. Hasta algunos piensan que Santa Klaus o Papá Noel es San Nicolás.
Lo único es que, como he leído en una carta de "Pensar por libre", le han despojado de sus ornamentos episcopales, le han hecho engordar veinte kilos y ahora aparece como un tipo rollizo vestido de rojo que corretea por el mundo montado en un trineo.
Es triste que, de esta manera, se olvide el fundamento de las fiestas de Navidad, que no es otro que el Nacimiento de nuestro Redentor. Por eso, la foto lo arregla un tanto. No obstante yo le quitaría el disfraz. Ante Jesús nos tenemos que presentar como somos.
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