sábado, 25 de enero de 2014

Todo para alguien

 

Bonito relato cogido al aire, como los globos:

"Mi hija le da vueltas a un globo deshinchado. Se lo acerca a la boca, que pone de piñón. Echa sobre él un hilillo de aire con la delicadeza con que se empuja a una mariposa para ponerla a volar. Y una mariposa volaría, pero el globo, impertérrito. Su plástico pegagoso y encogido no tiene corazón. Ella le da varias vueltas más, tal vez tratando de usar el método circunvalatorio con el que los judíos conquistaron Jericó. Pero antes de la séptima vuelta se da por vencida y me lo ofrece: 'No puedo'. Yo me lo acerco a la boca de pez tambor, pongo mofletes de saxofonista de color, y el globo -quizá por ósmosis- comienza a hincharse. Mi hija me mira arrobada y suspira: 'SOPLAS GENIAL, PAPÁ'

He tenido bastante suerte en la vida y he recibido más alabanzas que insultos, más aplausos que críticas y, cuando no había por dónde cogerme, muchísimos más silencios misericordiosos que deditos en la llaga. Sin embargo, ningún elogio me ha emocionado tanto. Ya sé quién soy: alguien que sopla genial. He recordado a Chesterton, que se hizo y nos hizo esta gozosa pregunta: 'Por qué obstinarse en ser alguien para todos cuando se puede ser todo para alguien?..."

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...