domingo, 19 de enero de 2014

El garrobo de Villa Fontana


No es un títere, ni un guiñol o cristobalito, como llamábamos mis primos y yo a esos muñecos que nos divertían en la infancia.

Es el garrobo, reptil escamoso que abunda por estas tierras, que hemos visto frecuentemente salir a nuestro jardín para tomar el sol y luego volver a subir, por el palo de un mango, al techo de la casa, nuestra y suya.

Pero ayer sábado olvidó que ese día estaban los niños del club con Fernando, su profesor...y no tuvo escapatoria. Después de jugar al corre-corre, ríen divertidos. Luego lo despidieron y subió rapidísimo a su hospedaje.

No sé si se animará el próximo sábado...

A propósito me he acordado de una frase leída en uno de los libros de Alessandro D'Avenia:
"...Lo convencieron de ser profesor. O loco, que viene a ser lo mismo"

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...