Ayer, Benedicto XVI firmó el decreto por el que se reconocen las virtudes heroicas de D. Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría.
Mucha alegría me ha dado esta noticia. Fue D. Álvaro quien me llamó al sacerdocio. Y, también, quien propició que el Opus Dei se estableciera de manera estable en el Congo (1980) y en Nicaragua (1992)
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