jueves, 30 de julio de 2020

El lenguaje de la oración



El lenguaje de la oración es misterioso: no podemos controlarlo pero, poco a poco, experimentamos que cambia nuestro corazón.

La oración tiene mucho de misterio.

Este encuentro misterioso entre Dios y la persona que ora tiene lugar de muchas maneras.

Dios no necesita hablarnos con palabras -aunque también puede hacerlo-; le basta con sus obras y con la secreta acción del Espíritu Santo en nuestras almas, moviendo nuestro corazón, inclinando nuestra sensibilidad o iluminando nuestra mente para atraernos dulcemente hacia sí.

Puede que, en un primer momento, no seamos ni siquiera conscientes de ello, pero el paso del tiempo nos ayudará a distinguir esos efectos suyos en nosotros: quizás nos habremos hecho más pacientes, o más comprensivos, o trabajemos mejor, o valoraremos más la amistad...

En definitiva, amaremos cada vez más a Dios.

( En la foto, Ricardo, Chari y en medio María, hoy en Praia dos Pescadores, Faro, Portugal )

No hay comentarios:

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...