miércoles, 19 de abril de 2017

Siempre alegres


A veces, al recibir emoticones en los mensajes, me acuerdo de un programa de tv que de pequeño veía los sábados por la tarde antes de la serie "Viaje al fondo del mar"

Era un programa dirigido por Don Jesús Urteaga titulado; "Siempre alegres para hacer felices a los demás"

Cuando falleció hace ya años este sacerdote, un colaborador suyo escribió:

"Me saludaba muchas veces con un '¡Hola, Pequeño Saltamontes!' Y yo, tan contento, pensando que aquel hombre, aquel sacerdote, aquel comunicador admirado, me consideraba un discípulo o un colaborador cercano.
Otros hablarán de su vida. Yo querría asombrarme una vez más de su capacidad para anunciar el Evangelio a través de los medios. Sobre todo por transmitirlo con toda su vida.

Alguien ha dicho que venimos a esta tierra para tres cosas: para ser felices, para hacer cosas bellas y para irnos después al Cielo.

Sin ser feliz no se puede comunicar el Evangelio...: ¡aquellos programas de televisión! ¡qué alegría, qué garbo humano, qué salero! ¡qué esperanza y qué optimismo!

En televisión, por escrito y en sus prédicas había un manejo eficaz de la parábola, de la anécdota positiva y esperanzada, que contagiaba su brío, su ilusión de hombre feliz.

Aquello era Evangelio fresco, Buena Nueva inmarchitable..."

Me parece interesante estas consideraciones, ahora en Pascua: Saber irse al Cielo, allí donde sólo nos acompañarán las obras buenas que hayamos hecho por amor: ése es el último objetivo, el definitivo, el único realmente importante.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...