martes, 20 de diciembre de 2016

Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor


Uno de los himnos de la liturgia de las horas del tiempo de adviento me sirve para seguir explicando las diversas escenas del "belén" de mi casa de Villa Fontana;

Mirad las estrellas fulgentes brillar,
sus luces anuncian que Dios ahí está,
la noche en silencio, la noche en su paz,
murmura esperanzas cumpliéndose ya.


Los ángeles santos, que vienen y van,
preparan caminos por donde vendrá
el Hijo del Padre, el Verbo eternal,
al mundo del hombre en carne mortal

Cada escena de nuestro "belén" tiene un ángel. Curiosamente el ángel de las mujeres vuela más bajo. He oído en boca de algunos filósofos que las mujeres tienen el alma más pegada al cuerpo...


Abrid vuestras puertas, ciudades de paz,
que el Rey de la gloria ya pronto vendrá
abrid corazones, hermanos, cantad
que vuestra esperanza cumplida será.


En una de las esquinas el grupo que representa a los reyes, políticos, gobernantes...

Los justos sabían que el hambre de Dios
vendría a colmarla el Dios del Amor,
su Vida es su vida, su Amor es su amor
serían un día su gracia y su don


En otra esquina el grupo de los jóvenes, pensando ya en la JMJ de Panamá

Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor,
los hombres hermanos esperan tu voz,
tu luz, tu mirada, tu vida, tu amor.
Ven pronto, Mesías, sé Dios Salvador.


El gremio de los artesanos. Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...