sábado, 10 de mayo de 2014

El encontronazo


"Y cuando estaban juntos a la mesa tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron... ¿No es verdad que ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras nos hablaba por el camino...? (Lucas 24, 31-32)

Se lo encontraron en su ruta hacia Emaús.

Mi buen amigo Kabamba, filosofando, hace la siguiente reflexión, que yo utilizo para comentar el precioso cuadro de Caravaggio:

Se llama encontronazo al encuentro con la Verdad. Con mi verdad personal.
Es "encontronazo" porque no es un encuentro con una verdad cualquiera, por útil que sea, sino alcanzar lo mejor que nos puede pasar: el desvelamiento de nuestro ser personal que coincide con el origen de la libertad.
Es el primer amor, el enamoramiento que nos lanza a cantar.
Encontrar esa verdad es enamorarse. Es un acto inmenso, un acontecimiento enorme que dará sentido a toda nuestra vida. A partir del encontronazo sabemos cuál es nuestro encargo, el camino de nuestra verdad.
No se trata de un simple encuentro con el dinero que nos faltaba para hacer un viaje. No es la alegría de terminar de escribir un libro. Aquí estamos ante un "encontronazo", lo inesperado, lo que está fuera de toda utilidad. Es la fuente de mi futuro.
Con el encontronazo la libertad se pone en marcha, traspasa la verdad, cantándola. Mi libertad es mi canto. Sin interés.
En la verdad todo hombre retiembla.
Por eso suelo decir que el encuentro es un encontronazo.

Se hizo largo el cuento, pero es por culpa de Kabamba.

2 comentarios:

Joseph Kabamba dijo...

Merci.

JK

abbé Quirós dijo...

Errata : todo "el" hombre retiembla.

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...