domingo, 27 de octubre de 2013

Matrimonio y familia


Del rito del matrimonio, cuando se dice: "Prometo serte fiel, amarte y respetarte, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad, y honrarte y amarte todos los días de nuestra vida"

"En aquel momento, los esposos no saben qué sucederá, no saben cuáles son las alegrías y tristezas que les esperan. Parten, como Abraham; se ponen juntos en camino.
Esto es el matrimonio: partir y caminar juntos, de manos dadas, entregándose en la mano grande del Señor. Mano en la mano por toda la vida y sin hacer caso de esta cultura de lo provisorio que corta la vida a pedazos.

Con esta confianza en la fidelidad de Dios, todo se enfrenta, sin miedo, con responsabilidad.
Los esposos cristianos no son ingenuos, conocen los problemas y los peligros de la vida. Pero no tienen miedo de asumir la propia responsabilidad, delante de Dios y de la sociedad. Sin huir ni aislarse, sin renunciar a la misión de formar una familia y traer al mundo hijos.

¿Difícil? ¡Seguro que es difícil! ¡Por eso es necesaria la gracia del sacramento! ¡Los sacramentos no sirven para decorar la vida: ¡qué lindo el matrimonio! ¡qué linda la ceremonia! ¡qué linda la fiesta! ¡Eso no es la gracia del sacramento, eso es una decoración. Y la gracia no es para decorar la vida sino para hacernos fuertes en la vida, para hacernos corajosos y poder ir adelante!"

(Luces del Papa Francisco, recientemente, en la Jornada de la Familia)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...