viernes, 4 de octubre de 2013

Chelsea


Hoy he recordado este pequeño episodio de la biografía de Santo Tomás Moro.

Desde su casa en Chelsea, a orillas del Támesis, recibía la correspondencia de sus hijos.
Cuando teniendo 13 años, Margaret, su hija, le pide dinero -no sabemos con qué fin- Tomás le responde:
"Pides a tu padre dinero con demasiada timidez y moderación, mi querida Margaret, si sabes que siempre me alegro de poder dar... Te mando ahora solamente la cantidad deseada; en verdad me gustaría adjuntar algo más; pero si puedo volver a dar, también puedo volver a deleitarme con la alegría de dar. Pues me gusta que mi hija me pida y me halague un poco; su virtud y su sabiduría me hacen quererla en especial. Cuanto antes gastes esta suma en tu manera usual, cuanto antes me vuelvas a pedir más, tanto mayor será mi placer"

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...