sábado, 4 de abril de 2020

El caballo y el poni


El caballo, el poni... y la vida fácil de los demás.


"Cuando regresaron al establo de dar un paseo con los amos, el caballo le dijo al poni:

- ¡Qué envidia! Tú si que la tienes fácil, solo te montan niños. En cambio yo tengo que cargar con los adultos que son más grandes y más pesados.

- ¡Bah! Estás equivocado, -refutó el poni-. A pesar de que es cierto que los niños son más pequeños y menos pesados que los adultos, yo también lo soy. Así que lo tengo igual o aún más difícil que tú, porque a diferencia de los adultos, los niños no saben montar bien y casi todo el tiempo me patean y me jalan el pelo de la crin.

- Oh, cierto, discúlpame, yo pensé que los poni la tenían más fácil -se excusó el caballo-. Los que la tienen fácil son los caballos de carrera, porque sus jinetes siempre son pequeños y livianos.

- Ni tanto, -le aseguró el poni, un poco fastidiado-. Porque a pesar de que los jinetes son livianos, ellos tienen que galopar a toda velocidad y eso es extenuante, si nosotros nos cansamos cuando salimos a marchar a paso ligero, imagínate ellos...

- Cierto, cierto, no había pensado eso... -aceptó el caballo, pensativo-, entonces ¿sabes quienes lo tienen fácil?... ¡Los burros!

- ¡Ay ya cállate! -le espetó el poni, dejándolo solo y yéndose al otro lado del establo."

(A propósito: No olvidemos que fue un burro el trono de Jesús al entrar en Jerusalén. Mañana es ¡Domingo de Ramos!)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...