jueves, 5 de mayo de 2016

Máquinas


Una vez más me identifico con Jaime N y su filosofía del siglo XXI:

Los seres humanos nos hacemos viejos y eso no solo se nota en las canas, la menor agilidad o la pérdida de memoria, sino sobre todo en nuestra patente incompetencia ante las máquinas.

Como ahora se dice, quienes hemos nacido antes de 1980 no somos "nativos digitales", sino "inmigrantes digitales" a los que las nuevas tecnologías siempre resultan en cierto sentido extrañas.

Muchas películas de ciencia ficción muestran la rebelión de las máquinas que se han apoderado del planeta, mientras los humanos que quedan se ocultan en lugares remotos para no ser aniquilados. No ocurre esto en la vida real ni parece razonable que llegue a ocurrir nunca, pero en cambio los fabricantes de máquinas, de programas y de nuevos recursos tecnológicos se han apoderado de la vida de muchos seres humanos -sobre todo de los más jóvenes- convirtiéndolos en dóciles consumidores ansiosos de novedades.

Vale la pena decir que no: afirmar nuestra independencia personal, nuestra liberación de las máquinas, nuestra libertad interior ante la presión del consumismo tecnológico, para poder así cuidar a los demás y disfrutar de la naturaleza, en vez de estar atendiendo permanentemente a pantallas, tabletas y móviles, que por otra parte son utilísimos para mantener la comunicación con quienes queremos.


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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...