lunes, 28 de septiembre de 2015

Cosas bonitas


Y ya el otro remedio para combatir la tristeza es la contemplación de la verdad, del fulgor veritatis del que habla san Agustín.

Contemplar el esplendor de las cosas de la naturaleza: una obra de arte, escuchar música, sorprenderse por la belleza de un paisaje puede ser eficacísimo bálsamo contra la tristeza.

Miren el comentario que hizo un crítico literario que, pocos días después de haber vivido un grave luto, fue invitado a dar una conferencia sobre el tema de la aventura en Tolkien: "Hablar de cosas bonitas a personas interesadas fue un verdadero alivio"

Y añado, por si sirve, lo que leí hace poco:

- Para el insomnio: Nocturnos de Chopin
- Para la depresión: Música acuática de Haendel
- Para la ansiedad: La sinfonía Linz, k425 de Mozart
- Para el dolor de cabeza: Sueño de amor de Franz Listz
- Para aumentar tu energía: La obertura de Guillermo Tell de Rossini

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...