Vista del Oratorio de Cerro Azul, donde me encuentro estos días. La piedad que inspiran las imágenes (María y José a un lado, Josemaría y el Ángel al otro) facilita el dirigir la mirada al Sagrario.
Y en la clase de Teología Fundamental que hoy impartía explicaba: Que Cristo sea el cumplimiento de la historia no significa que la historia se haya terminado...significa más bien que cada presente histórico tras la Encarnación no mira a Cristo como a un pasado, sino como a un presente... Esta contemporaneidad de Cristo con todos los tiempos históricos tras la Encarnación no es sólo de Cristo en sí mismo, glorioso, porque vive por siempre; es también contemporaneidad de los misterios de su Vida, Muerte y Glorificación, verdaderamente presentes en misterio (sacramentalmente) en la vida de la Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario