Esta mañana prediqué en holandés a un grupo de chicas que se encuentran ayudando a remodelar una escuelita en Nicaragua.
Les hablé que en la vida cristiana hay que luchar con espíritu deportivo tratando de superar las dificultades que compiten contra nosotros: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Mientras meditábamos ese tema, a esa misma hora, Mariana estaba ganando la primera medalla de oro para Holanda en los Juegos de Londres superando a sus rivales y a un fuerte aguacero como los que caen por estas tierras.
¿Cómo prediqué en holandés? Muy sencillo: Hablando despacito para que fueran traduciendo. Resultó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario