domingo, 16 de enero de 2022

Croquetas

 


Hago mía la introducción del artículo que leí esta mañana en el periódico "La Verdad" de Murcia:

"Con motivo del día mundial de la croqueta, rendimos un merecido homenaje recordando algunas de las mejores que nos encontramos en los bares y restaurantes de la Comunidad..."

Y lo firmo porque las croquetas de mi madre, ayudada por mi abuela y por Lola, eran las mejores del mundo. Eso era y es así. No tengo la más mínima duda. No tengo pruebas, porque es imposible probar todas las croquetas del mundo, pero estoy seguro que no hay croquetas como las que hacía mi madre,

"Partiendo de esa base, hay que reconocer que la croqueta ha sido históricamente un bocado de reciclado de productos en los bares y restaurantes. Lo que sobraba y ya no se podía ofrecer a los clientes servía como condimento para las croquetas, lo que generó en torno a ella una mala reputación. Hasta que un buen día, cocineros como Francis Paniego decidieron tratar a la croqueta como un plato de alta cocina, para conseguir el bocado perfecto, convirtiéndose precisamente esta de Paniego en una de las mejores croquetas de España. Eso dicen..."

Pero cómo recuerdo de niño las incursiones a la cocina para meter el dedo en la masa que se preparaba para hacer las croquetas. Y ya hechas...¡ni te digo!

Muchas enseñanzas en un trabajo bien hecho y con amor.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...