Mi sobrina María es una aventurera y aprovecha todas sus vacaciones para recorrer el mundo. Esta vez ha sido Uganda, participando en un voluntariado para ayudar en una escuela allá.
Las fotografías que ha ido mandando dicen mucho. A mí me han recordado aquellas consideraciones leídas en “Surco”:
“Cuando tu egoísmo te aparta del común afán por el bienestar sano y santo de los hombres, cuando te haces calculador y no te conmueves ante las miserias materiales o morales de tus prójimos, me obligas a echarte en cara algo muy fuerte, para que reacciones: si no sientes la bendita fraternidad con tus hermanos los hombres, y vives al margen de la gran familia cristiana, eres un pobre inclusero”
“Mientras hablábamos, afirmaba que prefería no salir nunca de su chamizo donde vivía, porque le gustaba más contar las vigas de ‘su’ cuadra que las estrellas del cielo.
-Así son muchos, incapaces de prescindir de sus pequeñas cosas, para levantar los ojos al cielo: ¡ya es hora de que adquieran una visión de más altura!”
Contaba María que no aprendió casi nada de rutoro. Solo “webale muno” que es “muchas gracias”
Tanzania, Siri Lanka, Uganda… ¿Próxima etapa…?
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