sábado, 14 de agosto de 2021

Conchita C-10: 15 de agosto

 


Managua, 15 de agosto de 2021

Querida mamuchi:

Desde que te fuiste con papá a Casa (el Cielo es eso), Fede te ha seguido escribiendo puntualmente cada mes. Hoy, en este día tan señalado de la fiesta de la Virgen, me ha dejado a mí el encargo.

A nosotros nos ayuda mucho el recordarte. A ti, sin embargo, más que recordar es vivir en el hoy eterno de Dios.

El 15 de agosto ha quedado marcado como el día de nuestra ordenación sacerdotal. En 1978 la de Fede y en 1980 la mía. Ambas en el Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad.

En algunas cosas, Fede y yo nos parecemos, aunque él sea del Barcelona y yo del Madrid. Y se ve que influye más que yo, porque Ricardo y nuestros sobrinos también son del Barcelona.

Una muestra de haber seguido los pasos del hermano mayor son estas fotos antiguas de la Procesión del Resucitado en la Semana Santa murciana:

                                                                               Fede
                                                                             Alfredo

Tú, mamá, te encargabas de llenar nuestros grandes bolsillos, bajo la túnica, de caramelos para repartir.

Muchísimas cosas que contar, pero ahora quiero recordar, sobre todo, tus delicadezas de madre con nuestra condición sacerdotal. La Asunción de María en Cuerpo y Alma a los Cielos nos dice que el Cielo tiene un corazón, que en el Cielo tenemos una Madre. Más bien, nosotros tenemos dos.

El resello sacerdotal de nuestra vocación ha llevado a Fede al Congo, en el núcleo de África y a mí, tras una etapa previa en Las Palmas de Gran Canaria, a Nicaragua, en el centro de América.




Tus cuidados con nosotros han sido patentes y concretos, tanto a la distancia como cuando viajábamos a Murcia: Desde cómo hacer bien la maleta y doblar la sotana para que todo cupiera perfectamente, hasta reunir a unos y otros en encuentros inolvidables, numerosos y particulares:





Con toda razón te consideraba la cónsul honorífica del Congo y Nicaragua en Murcia, pues hasta recibías encantada a los estudiantes en España de esos países, sobre todo a los seminaristas y sacerdotes nicaragüenses que se formaban en Pamplona.


En la foto se ve al Padre Héctor Treminio, cuando era seminarista en España, con Federico y Conchita en La Manga del Mar Menor.

En fin, cuántas más cosas me vienen a la memoria y todas para dar muchas gracias a Dios, para pedir perdón por la falta de correspondencia y para hacer el propósito de mejorar. 

Esta es la oración -gracias, perdón y ayúdame más- que el Prelado del Opus Dei eleva al Cielo en este día -15 de agosto de 2021- de su ¡cincuenta aniversario de ordenación sacerdotal! 



¡Mamá!, seguro que sabes hacerlo, porque lo hacías requetebién aquí en la tierra: Busca allá a san Josemaría y al beato Álvaro y, entre todos, ayúdennos a ser mejores. ¡Todos! Porque todos, con alma sacerdotal, a pesar de nuestras limitaciones y defectos, podemos ser mediadores en Cristo Jesús para llevar a Dios todas las cosas.

Te quiere mucho, tu hijo de en medio

Alfredo






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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...