miércoles, 20 de mayo de 2020

Sonreír con mascarilla


Hace pocos días, tras un bautizo, guardando todas las distancias y precauciones -sólo asistían los padres y los padrinos- al finalizar, una foto para el recuerdo. Todos con mascarilla. Instintivamente ante la cámara sonreí. Y al momento pensé divertido: ridícula esa sonrisa escondida. Al comentarlo alguien afirmó: ¡No... se nota en la mirada!

Ahora me encuentro con esta reflexión:

¿Cómo es nuestra amabilidad con las personas con las que convivimos, con quienes nos cruzamos?

Porque a veces estamos tan preocupados por el trabajo, por la familia, por la salud, que no nos damos cuenta de la cara lúgubre que llevamos por la vida.

Por eso es recomendable mirarse alguna vez al espejo, cuando salimos de casa, para ver que ven los otros. No sea que no nos demos cuenta y estemos de susto.

La sonrisa es uno de los mejores medios de que dispone la naturaleza para hacer felices a los demás. Entre los rasgos más atractivos del carácter de alguien está esa sonrisa cálida y sincera que nace de dentro.

Ahora de esto no tenemos por culpa de las mascarillas. Por eso es un buen momento para reflexionar sobre el tema y valorarla.

2 comentarios:

Charlie dijo...

Como aprovecha cualquier detallito,para sacar una lección,magnífico!

Hosman Treminio dijo...

Excelente reflexión, más aún en estos tiempos difíciles.

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...