lunes, 18 de mayo de 2020

Cruzando el umbral de la Esperanza


Esta mañana, reflexionando sobre san Juan Pablo II con motivo de los 100 años de su nacimiento, consideraba junto a otros hermanos sacerdotes la profundidad de su pensamiento, la primacía que daba a la ¡Redención!

He buscado en mi biblioteca aquel librito que escribió contestando a las grandes preguntas de la humanidad y que lleva por título "Cruzando el umbral de la Esperanza"

Recuerdo que me impactó cuando lo leí por primera vez la fuerza de luz con la que afirmaba que la cristología del Nuevo Testamento es "rompedora"

Rápidamente he encontrado esa página:

"La cristología del Nuevo Testamento es 'rompedora'. Los Padres, la gran escolástica, la teología de los siguientes siglos no han hecho más que volver, con admiración siempre renovada, al patrimonio recibido, para encauzar y progresivamente desarrollar su investigación.

Usted recuerda que mi primera Encíclica sobre el Redentor del hombre (Redemptor hominis) apareció algunos meses después de mi elección, el 16 de octubre de 1978. Esto quiere decir que en realidad llevaba conmigo su contenido. Tuve solamente, en cierto modo, que copiar con la memoria y con la experiencia lo que ya vivía estando aún en el umbral de mi pontificado.

Lo subrayo porque la Encíclica constituye la confirmación, por un lado, de la tradición de las escuelas de las que provengo y, por otro, del estilo pastoral al que esta tradición se refiere. El Misterio de la Redención está visto con los ojos de la gran renovación del hombre y de todo lo que es humano, propuesto por el Concilio, especialmente en la Gaudium et Spes.

La Encíclica quiere ser un gran himno de alegría por el hecho de que el hombre ha sido redimido por Cristo"

Estos sentimientos de esperanza y agradecimiento afluían en el corazón al escuchar hoy como el Papa Francisco comentaba las palabras de la liturgia 'El Señor ha visitado a su pueblo' referidas a su antecesor, en la Misa celebrada en el altar donde reposa san Juan Pablo II.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...