jueves, 14 de mayo de 2020

Matías ¿suerte?


Una imagen vale más que mil palabras

Y un cuento vale más que mil imágenes

Por eso traigo esta narración ¡nada menos que contada por el Ángel Custodio de María! que se publicó hace años en "Pensar por libre":


"No voy a reproducir aquí el largo discurso que pronunció Simón Pedro aquella mañana, tres días antes de Pentecostés. En síntesis vino a decir que el Señor había fundado su Iglesia sobre doce columnas, igual que fundó Israel sobre doce tribus. Por tanto era preciso buscar con urgencia a otro apóstol que cubriera el hueco dejado por Judas. Debería ser un varón fiel, un discípulo que hubiese seguido al Maestro desde la primera hora hasta la resurrección.

Terminada la locución, todos se pusieron a discutir acaloradamente. Solo María callaba. Yo, que como os dije, soy su ángel custodio, me retiré con ella a su habitación para acompañarla mientras hablaba en silencio con su Hijo.

No sé si sabéis que ángeles no podemos conocer los pensamientos de los hombres si éstos no quieren, pero mi Señora me dejaba entrar siempre hasta el fondo del alma. estar allí, en el centro del corazón de la Reina es el privilegio más hermoso que ninguna criatura del Cielo o de la tierra pueda soñar.

No sería discreto sin embargo que os cuente su oración de aquel día. Basta con que sepáis que, al terminar, me ordenó:

-Ocúpate tú. Matías es el elegido.

Volvimos a la sala común. Los discípulos ya habían convenido en que solo dos de los presentes cumplían con los requisitos: José Barsaba y Matías.

Desde el primer momento Barsaba fue el favorito de casi todos. Era joven, enérgico y había dado la cara por Jesús muchas veces enfrentándose con decisión a sus enemigos. A Barsaba lo llamaban 'el Justo' y él no rechazaba el apelativo. Matías en cambio era un anciano de casi cincuenta años, piadoso y discreto, que no se consideraba digno de entrar en liza con nadie.

Si aquello hubiese sido una democracia como las vuestras, sin duda habría sido Barsaba el designado; pero Pedro tenía muy presentes las palabras de Jesús en la última cena: 'no me habéis elegido vosotros a mí... Yo os he elegido'. Así que, puesto en pie, pidió que se hiciese silencio y declaró:

-Es el Señor quien debe decirnos a quién ha llamado desde toda la eternidad. Pidámosle que El decida. Oremos.

Todos rezaron en silencio durante unos minutos. To también, porque aún no tenía claro cuál debería ser mi papel en aquella historia.

Al terminar, los apóstoles parecían tan desconcertados como al principio.

-¿Y ahora qué hacemos?, dijo Felipe.

Pedro tomó dos pajitas, una larga y otra corta. Sin que nadie se percatara, agarró la larga con la mano derecha, y la corta con la izquierda mostrando solo la punta de cada una.

-Que se acerquen los dos candidatos -añadió-. El que encuentre la paja más corta será el elegido por el Maestro.

Barsaba, sin dudar un instante, se dirigió a la mano izquierda de Pedro...

No estaría bien que la Reina de los Ángeles hiciese trampas, pero a un arcángel modesto como yo se le permiten ciertos trucos de magia. Cambié las pajas de mano, y se hizo la voluntad de Yahvé: Matías fue el elegido.

El pobre Pedro no salía de su asombro. Tardó unos segundos en comprender. Buscó con la mirada a María y mi Reina le regaló su mejor sonrisa."


1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué gran cuento para iniciar mi día Padre Alfredo. Siempre lo recuerdo con cariño durante mi paso por el colegio Hispano Nicaragüense, ahora viviendo, desde la tierras vecinas de Costa Rica. Un abrazo a la distancia. Espero poder verlo nuevamente cuando las circunstancias me permitan regresar a Nicaragua. Saludos a todos en su orden y casa de Villa Fontana. Le comparto mi correo naganic88@gmail.com
Atte: Noel Gutiérrez.

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...