martes, 27 de noviembre de 2018

Medalla Milagrosa


Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

1830. El panorama político francés y, sobre todo, la mentalidad de la gente han cambiado mucho desde la Revolución francesa. En medio de estas vicisitudes internas, la voz de la Santísima Virgen se hace oír: venid al pie de este altar, aquí las gracias serán derramadas sobre todos.

La invitación urgente de Nuestra Madre en su primera aparición en la Rue du Bac ha sido acogida por millones de personas, de culturas y orígenes diversísimos, que se arrodillan a los pies de La Milagrosa, en una capilla situada en pleno corazón de la capital francesa.

Pero, ¿a quién y por qué se apareció Santa María en aquel lejano 19 de julio de 1830? Catalina Labouré era por entonces una joven de 24 años que acababa de empezar el noviciado en las Hijas de la Caridad, una institución fundada por San Vicente de Paúl, con la misión de ocuparse de los enfermos y ancianos.

Durante una segunda aparición, el 27 de noviembre de 1830, sábado, víspera del primer domingo de Adviento, Catalina ve a la Virgen y alrededor de Ella un halo, sobre el que aparece escrito en caracteres de oro: Oh, María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos.

San Josemaría y la Virgen de la Medalla Milagrosa

Dios inspiró el Opus Dei a san Josemaría mientras hacía su retiro espiritual precisamente en la casa de los Padres Paúles junto a la iglesia conocida como La Milagrosa, en uno de los ángulos que forman las calles Fernández de la Hoz y García de Paredes, en Madrid.

Durante su vida San Josemaría fue a París varias veces para rezar en la Rue du Bac a la Virgen de la Medalla Milagrosa.

Esta advocación está unida a dos hechos de la historia del Opus Dei:

En la fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa, el 27 de noviembre de 1924, falleció don José Escrivá, padre de san Josemaría después de rezar un momento ante la imagen que tenían en casa. Don José tenía una gran devoción a Nuestra Señora, especialmente bajo la advocación de la Medalla Milagrosa. De él recibió San Josemaría esa devoción.

También un 27 de noviembre, en 1982, se hizo pública la erección de la Obra en Prelatura Personal.

Mons. Javier Echevarría, que fue prelado del Opus Dei, se refería en una ocasión a la coincidencia de estos aniversarios: "Fue como si el Señor hubiera querido recordarnos que ante todas nuestras necesidades hemos de recurrir a la Santísima Virgen, que es la Omnipotencia Suplicante. También ante el aparente imposibles de nuestra santidad personal -somos tú y yo, nada, miseria, lodo-, acudiremos llenos de confianza a nuestra Madre del Cielo".

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...