Hoy, al rezar el "avemaría" y fijarme en las palabras "llena eres de gracia" me he acordado de lo que me decía mi amigo Juan Luis, desde España, sobre los piropos, y que me parece acertado.
Algunos piensan que los piropos serían expresión de machismo, y puede que sí. Pero esto es debido a un mal mirar, a ver de modo parcial a las personas, a quedarnos sólo con las formas corporales.
Hay otros modos de observar. Podemos contemplar a la persona y no sólo la fachada: su historia, sus virtudes, sus relaciones, sus miedos y alegrías, su espíritu...
Comentaba alguien hablando de otro: "éste parece más persona". Y es que era educado, tenía valores, era un poco romántico, con ideales... Hay una belleza moral que nos hace más personas.
Cuando contemplamos a alguien así, cunado lo que importa no es sólo el físico, los piropos no molestan. Es más, tendrían que ser más frecuentes.
¡Admirar a la persona, a la imagen de Dios!
Esta grandeza sólo nos la enseña Cristo, y el que le sigue de verdad sabe descubrir la verdadera belleza.
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