martes, 28 de febrero de 2017

No lo sé


Simpático relato que me proporciona Alfonso:

El escenario es una clase en la que se propone a los alumnos la siguiente narración:

 "Una niña llamada Mary va a la playa con su madre y su hermano. Viajan en un coche rojo. En la playa nadan, comen un helado, juegan en la arena y almuerzan unos sándwiches".

Y estas son las preguntas:

1) ¿De qué color era el coche?
2) ¿Comieron pescado con patatas para almorzar?
3) ¿Escucharon música en el coche?
4) ¿Tomaron limonada en el almuerzo?

Un extenso grupo de escolares británicos, de edades comprendidas entre los cinco y los nueve años, respondieron a esas cuatro preguntas. ¿Cuál fue el resultado?

Afortunadamente, casi todos los niños respondieron correctamente a las dos primeras preguntas. Pero lo sorprendente es que el 76% de los alumnos respondió a las dos últimas preguntas con un o un no, con toda seguridad.

Habría que preguntarse qué les llevó a responder sí o no a preguntas a las que no podían tener respuesta.
Quizá es porque parece que una de las frases más difíciles de pronunciar es "no lo sé"

Tener la valentía y la naturalidad necesarias para decir que no sabemos algo, es una muestra de autenticidad.
Un poco de sinceridad, de humildad y de ganas de aprender, seguramente nos viene bien a todos.

Por cierto ¿qué nos quiere decir Helio con la fotografía que encabeza esta entrada?

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...