martes, 26 de mayo de 2015

Marca


Vamos de Universidades. Ahora la UAM en Managua.

Alejandro, que vive conmigo en Villa Fontana está preparando una conferencia que por lo que nos adelanta en nuestras tertulias parece interesantísima.

Pero para mí, además, me ha hecho pensar en otro nivel, sobre todo al encontrarme con un artículo de Carlo de Marchi, viejo conocido también en Villa Fontana, sobre la marca del cristiano: la sonrisa y la alegría.

"No se puede anunciar el Evangelio con cara de funeral" La provocación del Papa Francisco no es una broma casual, y la idea de que los cristianos no deben mostrarse tristes no es nueva: "¡Deberían cantarme cantos mejores, para que yo me decida a creer en su Salvador! ¡Sería necesario que sus discípulos tuvieran más aspecto de gente salvada!", decía Nietzche.

Pero ¿cómo ser capaces de sonreír cuando las preocupaciones, el trabajo, los pequeños contratiempos y los grandes dolores son tan frecuentes en la vida?

La primera de las tres razones para sonreír de este artículo: Sonreír porque Dios sonríe, sonreír porque con mis defectos soy cómico, sonreír porque los demás lo necesitan, me parece la fundamental. ¡La sonrisa de Dios!

¿Pero no puede ser irreverente pensar que Dios, el Señor del Universo sonría?
"Dios debe amarnos tanto más cuanto más le hagamos reír" dice un personaje creado por Ray Bradbury. "Nunca había pensado al Señor como a un humorista", le responde alguien. La respuesta es inmediata: "¿El Creador del ornitorrinco, del camello, del avestruz y del hombre? ¡Cómo no!

El artículo sigue, pero me quedo aquí: Alejandro va por otros derroteros que no tienen nada que ver...¡o sí!
¡A promocionar tu marca personal...!


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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...