El colegio Bozindo, en Kinshasa, sigue creciendo. La actual sede se queda pequeña. Es una casa unifamiliar con grandes habitaciones. Dirección está en la antigua cocina, los dormitorios se han convertido en clases, lo que era la sala de estar ahora es el oratorio...
Espera un gran futuro y se ha decidido buscar una sede definitiva para construir un verdadero colegio. Es difícil encontrar un gran terreno en la ciudad, así que se ha decidido encomendar la gestión a Don Álvaro.
Por eso, cada día, después de la acción de gracias de la Misa, los alumnos rezan la oración de la estampa de Don Álvaro pidiéndole como favor: ¡un gran terreno para Bozindo!
Los niños lo hacen con gran devoción, sobre todo soñando con el campo de fútbol...
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