miércoles, 19 de marzo de 2014

San José


"José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer" (Mateo 1, 24)

En estas palabras se encierra ya la misión que Dios confía a José, la de ser custodio.
Custodio ¿de quién?
De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia.

¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia.
Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio. José es custodio porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se la han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas.

Cuando viajo a Costa Rica con cierta frecuencia, ¡a la ciudad de San José! suelo hospedarme en una casa donde hay una galería de altares. Me gusta cuando me toca celebrar la Misa en aquel que está dedicado al Santo Patriarca. La última vez, al terminar, le tomé una foto al cuadro que sirve de pequeño retablo. Es la que ven arriba.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...