sábado, 10 de agosto de 2013

Educación


Los padres tienen el derecho irrenunciable a que se proporcione a sus hijos una educación que no contradiga la formación que reciben en la familia. Ejercer ese derecho es también un grave deber. Si se trata de centros que no imparten formación religiosa -como sucede en las escuelas públicas de numerosos países- o de otras en las que esa formación (y quizá también el ambiente moral) es deficiente, será necesario un especial seguimiento por su parte para que la situación no acabe dañando la fe y deformando la conciencia moral de los hijos.
En todo caso, san Josemaría aconsejaba a los papás y mamás que considerasen la posibilidad de crear ellos mismos escuelas donde los hijos reciban una formación humana y cristiana en plena sintonía con la que ellos desean transmitirles.

En la foto, directivos de los colegios Altamar y Maderos en un reciente congreso celebrado en Guatemala.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...