viernes, 21 de junio de 2013

El picaporte

 

El amor que hace grande la vida ordinaria, le otorga también una belleza que se plasma en los mismos quehaceres que se realizan, convirtiéndolos en medio de contemplación.

San Josemaría se detiene a ilustrarlo con detalles nimios, aparentemente insignificantes. Por ejemplo, cómo abrir o cerrar una puerta. Se puede hacer sin atención, como algo carente de significado. Pero ese gesto trivial puede ser ocasión de un acto de amor que, si es auténtico, llevará a realizarlo bien, con una sencilla armonía empapada por ese amor:

"Se toma la manilla directamente, se baja del todo, sin brusquedad, y sólo entonces se empuja la puerta, luego se deja subir con suavidad el picaporte; después, para cerrar, lo mismo, pero alzando la manilla cuando ya la puerta está encajada. Así las cosas duran más porque se cuidan; y estarán limpias y en buen funcionamiento, aunque las usemos muchos; y concluye diciendo que esto es oración, si unimos a todo eso una jaculatoria y lo hacemos por amor de Dios. Lo más banal recibe un nuevo significado, la prosa se convierte en endecasílabo. El secreto está en ¡ese cerrar la puerta con amor!

Por cierto, la celebración de la fiesta de San Josemaría en Managua será este sábado, 22 de junio, con una solemne Eucaristía en la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia, a las 5 de la tarde, presidida por Mons. Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...