martes, 7 de mayo de 2013

Cristo de Monreale



Alessandro D'Avenia se supera en su segunda novela "Cosas que nadie sabe" retratando el fascinante mundo de los adolescentes, pero también el de los adultos con sus sueños, consejos, reflexiones.

Así, por ejemplo, la abuela Eleonora recuerda a su marido: "Me decía que el amor no es para alcanzar la felicidad, que la felicidad es pasajera y que si se busca conseguirla huye, que el amor es para alcanzar la alegría de vivir, que no tiene nada que ver con la felicidad sino con la vida. Y la alegría de vivir no te la quita nadie, pase lo que pase, ni siquiera el dolor. Decía que hay solamente una cosa parecida a la alegría de vivir: mirar los ojos del Cristo de Monreale..."



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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...