"Aunque resulte sorprendente, uno de los mayores retos de la Bioética en los umbrales del siglo XXI es buscar y mostrar la evidencia, la realidad. En este apasionante desafío mi intención ha sido atravesar los pocos centímetros de piel que recubren el vientre materno. O dicho con otras palabras, intentar hacerlo transparente, convertirlo en un útero de cristal. Cuando uno bucea en ese mundo desconocido desde el exterior, se sorprende y se maravilla de la grandeza de la vida en sus primeros pasos. El no nacido no habla como nosotros, no razona como nosotros, no pesa lo que nosotros, pero es exactamente como nosotros: come, oye, sueña, siente dolor, llora, juega, es suceptible de diagnóstico y tratamiento médico etc. En definitiva, es uno de los nuestros."
Y el Verbo se hizo carne. Y habitó entre nosotros.
1 comentario:
Nunca me deja de admirar, como Nuestra Santa Madre la Iglesia nos recuerda los diferentes acontecimientos de la Revelación, para que ayudados por la gracia, vivamos en Cristo. Me llena de ilusión y alegría,
Ana Patricia
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