Hace pocos días, Dennis S Maurice, canadiense de habla francesa, de Quebec, comentó en una charla que no podíamos ser "chien de faïence". Lo traducía por "perros de cerámica", para indicar un comportamiento mudo y estático en el trato con los demás.
Me hizo gracia la expresión. Y me acordé de los canes de la plaza de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria.
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