"Esta es la vida verdadera, que te conozcan a ti, Dios, y a tu enviado Jesucristo.
Para nuestra sorpresa, allí se nos dice que vida es conocimiento. Esto significa, ante todo, que vida es relación.
Nadie recibe la vida de sí mismo ni solo para sí mismo. La recibimos de otro, en la relación con otro. Si es una relación en la verdad y en el amor, un dar y recibir, entonces da plenitud a la vida, la hace bella. Precisamente por esto, la destrucción de la relación que causa la muerte puede ser particularmente dolorosa, puede cuestionar la vida misma.
Sólo la relación con Aquel que es en sí mismo la Vida, puede sostener también mi vida más allá de las aguas de la muerte, puede conducirme vivo a través de ellas.
Nosotros nos aferramos a Dios, a Jesucristo, el Resucitado. Y así somos llevados por Aquel que es la Vida misma. En esta relación vivimos mientras atravesamos también la muerte, porque nunca nos abandona quien es la Vida misma."
La foto es de la procesión del Resucitado, en Murcia, en el año 1965.
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