martes, 2 de febrero de 2010

Presentación

"Cumplidos los días de la purificación, salieron muy de mañana de Belén con el niño en brazos. Había que llegar antes de la hora del sacrificio del Templo; José compró las dos tórtolas e hizo la entrega para el sacrificio.
Correspondía ahora la purificación de la madre, según prescribe el Levítico. Para facilitar las cosas, José tomó al niño en sus brazos, con la soltura del que ya lo hace con fracuencia, y dejó a María cerca de la llamada puerta de Nicanor. Como una más entre el conjunto de las madres, asistió con la mayor atención al rito que ofició el celebrante mientras se cantaba el himno".

No hay comentarios:

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...