Ha comenzado la Cuaresma. Haití no puede quedarse en el recuerdo. Hemos de seguir lo más cercanos a los que sufren.
Primero fueron Jerry y Cecilia, amigos de la embajada de USA que estaban allá el 12 de enero. Después Tomás, amigo fotógrafo de La Prensa que aterrizó en Puerto Príncipe a los pocos días. Ahora marchó para la isla Erich, marido de Macarena la directora del colegio Altamar en Managua, para trabajar en una de las oficinas que ha de administrar rápidamente la ayuda que se recibe. Vivo así más en directo aquel drama.
En su último e-mail me comentaba Erich de una compañera de trabajo: oficial de educación en Haití. Pese a que Puerto Príncipe estaba clasificada como puesto de trabajo sin familia, el marido de esta compañera vivía con ella porque había conseguido un puesto como consultor con el Banco Mundial. Quedó enterrado bajos los escombros del edificio del Banco Mundial y alcanzó a mandarle a nuestra compañera mensajes a su celular (móvil), por dos días enteros. La esposa pasó tres días y tres noches trepada entre los escombros, impotente, arrancando las piedras con las manos, mientras recibía los mensajes de su marido. No pudo rescatarlo vivo. Yo no puedo imaginar, comenta Erich, qué decían esos mensajes, pero estoy seguro que el último decía "te amo".
Aunque sea un poco largo, no me resisto a copiar unos párrafos del documento "Gaudium et Spes" del Concilio Vaticano II:
"La fe, apoyada en sólidas razones, está en condiciones de dar a todo hombre reflexivo la respuesta al angustioso interrogante sobre su porvenir. Más aún, le ofrece la posibilidad de una comunión en Cristo con los seres queridos, arrebatados por la muerte, dilatando la esperanza de que ellos han alcanzado ya en Dios la vida verdadera.
Ciertamente, asedia al cristiano la necesidad y el deber de luchar a través de muchas tribulaciones contra el mal, o incluso sufrir la muerte; pero asociado al misterio pascual y configurado con la muerte de Cristo, podrá ir al encuentro de la resurrección robustezido por la esperanza."
Comenzó la Cuaresma que culminará en el Triduo Pascual. Que este tiempo sea para todos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento de Cristo.
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