Se trata de un hombre que lee, que escribe, pero que trabaja; que sabe utilizar las nuevas tecnologías y las aprovecha, pero que no pierde el tiempo; que es creativo, comprometido y familiar; que se preocupa por los problemas de su tiempo y se esfuerza en resolverlos; un hombre en fin, para el que nada de lo humano le es ajeno. Y todo con sentido del humor: ¿Quién ha dicho que la profundidad esté reñida con la risa?
En la foto, mimos en Viena
4 comentarios:
Querido Alfredo,
Gracias por tu comentario. Si me dices tu dirección postal, te envío un ejemplar por correo. Un fuerte abrazo,
Jaime
Detallazo el tuyo, Jaime, como en los tiempos de Albalat.
Ya te escribo a tu correo.
Otro abrazo
Alfredo
P. Alfredo, estará este ejemplar disponible por estas latitudes?
Sebastián, no lo sé, pero cuando me llegue el ejemplar prometido te lo presto con mucho gusto
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