Escogido de entre una multitud, el árbol iluminado y cubierto de decoraciones brillantes como frutos maravillosos. Dejando su ropa oscura por una explosión brillante, ha sido transfigurado, convirtiéndose en portador de una luz que no es la suya sino que da testimonio de la verdadera Luz que viene a este mundo. La suerte de este árbol también es comparable a la nuestra, nosotros que estamos llamados a dar buenos frutos para manifestar que el mundo ha sido verdaderamente visitado y rescatado por el Señor
La foto es de Álvaro Granados, hijo de mi prima Esther
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