viernes, 3 de febrero de 2023

El Papa Francisco en el Congo (4)

 


2 febrero en Catedral de Kinshasa con sacerdotes

Querido hermano:

Ayer no te conté otro de los momentos fuertes que hemos vivido en la Catedral de Kinshasa con el Papa Francisco.

Sacerdotes, religiosos, seminaristas.

La lluvia ha caído cuando debía caer. La noche antes de la vigilia de Ndolo y una hora antes de este encuentro en la Catedral. Lavó el calor en el momento oportuno.

Organización perfecta.



Esta mañana, predicando en una homilía, les decía a los asistentes a la Misa que teníamos que rumiar lo que Francisco nos ha dado: Y en la Catedral nos dijo tres cosas: la primera se me olvidó en ese momento, la segunda, no al confort mundano, y la tercera, no a la superficialidad. Todo eso se puede resumir en un no a la frivolidad.

Más adelante, durante la Misa, me acordé de lo primero que nos había dicho: no a la mediocridad.

Eso viene a cuento, sin alargarlo, para explicar por qué sentimos un gran entusiasmo. A algunos congoleses no les gustó que el cardenal Ambongo repitiera que somos un pueblo que sufre. Y no les gustó porque, decían, hay que presentarse con dignidad..


Pues bien, quizá lo que nos ha más confortado es darnos cuenta de que podemos organizar grandes acontecimientos como ha sido esta visita. ¿Has visto los decorados? Pero es que están  que muy bien. Demos gracias a Dios.

¡Dale gracias a Dios, hombre!


El Papa nos dijo a los sacerdotes que la mediocridad se vence con la oración. Y nos detalló todo un plan de vida: Misa, liturgia de las horas, oración mental, rosario... y no faltaron las jaculatorias y la confesión frecuente, para saber perdonar al pedir perdón.

Después nos dijo que no al confort mundano. Nos reíamos pensando en los bancos de la Catedral, un poco antiguos, son incomodísimos. Estar sentados en ellos durante cuatro horas (pues había que estar allí al menos dos horas antes) es la victoria contra el confort. Los que se quedaron fuera en sillas de plástico, vivieron el encuentro mejor que los de dentro, al menos con más confort, no sé si con más fervor.

En definitiva, cultivar el arte de la proximidad, saliéndonos de nuestra tendencia a la comodidad.


El Papa Francisco habla muy claro. A los curas burócratas del espíritu les dijo que se ocupan de las finanzas o de sus negocios en lugar de servir. Algunos se movieron en sus bancos. Ya digo que son incómodos, no pienses otra cosa.

La falta de sobriedad de un sacerdote es un escándalo.

Si encuentras en español las palabras del Papa te servirán. No te lo digo por ti, sino por tus amigos sacerdotes.

Hizo también una breve alusión a la felicidad del celibato.

Y por fin, no a la superficialidad. Tenemos que ser sacerdotes apasionados por el Evangelio. La formación, el estudio de la teología, los libros. La formación permanente.

¡Somos Cristo que pasa!

Y muchos otros sacerdotes deben surgir en el Pueblo de Dios.

No sé si tú te acuerdas, Alfredo, de aquellas canciones que se cantaban en Murcia el día del Seminario; "suscita sacerdotes, entre los niños buenos". Quizá tú eras muy pequeño. Yo sí me acuerdo bien. Ya puedes imaginar por qué.

No dejó de referirse al tribalismo (y hubo algún otro movimiento en los bancos incómodos). Vivamos la fraternidad entre nosotros.

Un último consejo: no a la rigidez. Proverbio africano: "lo que se pliega, no se rompe con el viento".

Plegarse no es debilidad, sino fuerza. La fuerza de la humildad, al no agarrarse a la propia opinión.

Y terminó como siempre: no se olviden de rezar por mí.

Reza, hombre, reza por mí.

Fede


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por compartir esa bonita experiencia

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...