viernes, 1 de enero de 2021

Collins


 ¡Un astronauta en el belén de mi casa!

Sí, este año también hubo sorpresa en el belén de Villa Fontana. Si el año pasado fue un dinosaurio...

 (Dice el Papa Francisco que con frecuencia a los niños -¡pero también a los adultos!- les encanta añadir otras figuras al belén que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos., esta imaginación Y, sin embargo, esta imaginación pretende expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura)

... pues este año ha sido un astronauta. El propósito era imitar al que se ha colocado en el Nacimiento de la plaza de san Pedro en Roma, como un signo más de estar en relación con el corazón de la cristiandad.

No fue tarea sencilla, pero gracias a un hada madrina llamada Hazel, se consiguió lo más parecido a un astronauta.


Había que ponerle un nombre. Y, de nuevo, el Papa Francisco nos inspiró uno, cuando escribió en la reciente carta sobre San José:

"Nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes -corrientemente olvidadas- que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo los acontecimientos decisivos de nuestra historia"

Nuestro astronauta se llamará Collins.

¿Se acuerdan quién es Michael Collins?

Michael Collins no pudo hacer realidad su sueño de pisar la Luna pero contribuyó decisivamente a aquella gesta. En el centro de control de Houston bromeaban con él diciéndole que era uno de los pocos humanos que no podía ver por la tele a Armtrong y Aldrin hacer historia aquel 20 de julio de 1969. Se quedó esperándoles en su nave, Columbia, durante un día entero, sin saber si regresarían.

Estaba solo en la inmensidad del espacio pero según él ha asegurado, no se sintió solo en ningún momento. Sabía que si no lograban despegar de la Luna, él debía poner rumbo a la Tierra, a la que al recordarla desde su ventana describe como 'frágil' Pero el acoplamiento del módulo de sus compañeros fue un éxito y pudieron regresar los tres, en gran parte gracias al excelente trabajo de Collins, al que sus colegas siempre han definido como un profesional excepcional.

En su libro 'Carryng the Fire', sostiene que los héroes abundan en la sociedad, pero los astronautas no están entre ellos: "Nosotros éramos buenos, trabajábamos duro, hicimos nuestro trabajo casi a la perfección, pero era a lo que nos habíamos comprometido. No fue heroísmo".

Además, otro dato más para elegir este nombre para nuestro astronauta, Michael Collins ¡nació en Roma! en 1930 cuando su padre, que era militar, estaba destinado en Italia. Actualmente disfruta pescando y pintando. Eso sí, admite que le hubiera gustado ir a Marte, su lugar favorito de niño.

Para los niños que visitan nuestro belén una de las primeras tareas es encontrar a Collins.


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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...