"La infancia espiritual no es memez espiritual, ni 'blandenguería': es camino cuerdo y recio que, por su difícil facilidad, el alma ha de comenzar y seguir llevada de la mano de Dios" (Camino 855)
Me he acordado de estas palabras cuando un amigo comentaba que viene bien, en estos días de Navidad, pedir prestados los ojos de los niños para mirar con ellos
al Niño y a san José -siempre tan callado él- y a María
y a los pastores
y a los ángeles
y a los Reyes Magos
y al buey y a la mula,
incluso a Herodes en su castillo de corcho...
Nos ayudará a entender, a querer y a sonreír.
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