Ayer falleció en Tenerife don Juan Grinda, sacerdote numerario del Opus Dei.
Cuando yo llegué a las Islas Canarias en 1981, él ya llevaba diez años allá. Desde 1971 en Las Palmas de Gran Canaria y desde 1978 hasta ahora en Tenerife.
Desde que le conocí aprecié en él su optimismo radiante, contagioso, fruto de una gran fe y mucha piedad.
Al recibir hoy la noticia de su partida a la Casa del Padre, lo primero que me ha venido a la memoria es una expresión que salía constantemente de sus labios por cualquier motivo, grande o pequeño: ¡IMPRESIONANTE!
Pues así lo he imaginado llegando al Cielo en plena Novena de la Inmaculada y contemplando tanta belleza: ¡IMPRESIONANTE!
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