domingo, 31 de diciembre de 2017

2018 después de Cristo


En el cambio de año vale una pequeña consideración que saqué de una predicación reciente del P. Cantalamesa:

En el Martirologio Romano el nacimiento de Jesucristo se pone al término de una serie de fechas que lo sitúan en el trascurso del tiempo. He aquí algunas frases:

"Transcurridos muchos siglos después de la creación del mundo...

Trece siglos después de la salida de Israel de Egipto bajo la guía de Moisés...

Aproximadamente mil años después de la unción de David como rey de Israel...

En la época de la 193 Olimpiada...

En el año 42 del imperio de César Octavio Augusto...

Cuando en todo el mundo reinaba la paz, Jesucristo, Dios eterno  e Hijo del Eterno Padre, queriendo santificar el mundo con su venida, habiendo sido concebido por obra del Espíritu santo, transcurridos nueve meses, nace en Belén de Judá de la Virgen María, hecho hombre"

Este modo relativo de calcular el tiempo, partiendo de un principio y en referencia a diversos acontecimientos, estaba destinado a cambiar radicalmente con la venida de Cristo.

Ahora ya no se parte de un punto inicial (la creación del mundo, la salida de Egipto, la fundación de Roma etc.) Ahora partimos de un punto central, el nacimiento de Cristo, y calculamos el tiempo que lo precede de forma decreciente hacia él: cinco siglos, cuatro siglos, un siglo antes de Cristo..., y de manera creciente el tiempo que le sigue: un siglo, dos siglos o dos milenios después de Cristo.

Empieza, pues, el año 2018 después de aquel acontecimiento.

El tiempo avanza entonces linealmente, partiendo desde un punto indeterminado (y en realidad no datable) que es la creación del mundo, hacia un punto igualmente no preciso e imprevisible que es la parousia (segunda venida de Cristo al fin de los tiempos)

Cristo es el centro de la línea, aquel al que todo tiende antes de Él y del que todo depende después de Él.

Al definirse como "Alfa y Omega" de la historia, el Resucitado asegura que no sólo Él reúne en sí el principio al final, sino que es Él mismo ese principio indeterminado y ese final imprevisible, el autor de la creación y de la consumación.

(La foto es de la famosa calle "Trapería" de Murcia, con la iglesia de santo Domingo al fondo)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...